Capítulo 3: Real.

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I tried to tie my heart down, board up all the windows. Oh but it's too late now, I let you get too close...

Hawaii, 2014.

Había nadado tanto que cuando salió a la superficie al principio juró que estaba en otro océano. Pero reconocía estas aguas, y por lo tanto aún seguía en Hawaii. El agua era más cristalina donde la playa terminaba; el lago lucía profundo e inhabitado, todo cuan necesitaba.

A veces se iba lejos, donde el mar se sintiera pesado y distinto, un lugar al que no perteneciera, porque había pasado tanto tiempo que la cuenta de los días simplemente desapareció. Recuerda que al principio, en un intento desesperado por acabar con todo, salió del mar y yació sobre la arena durante horas; pero una fuerza poderosa llamada naturaleza lo hizo volver al agua. Es el mismo proceso que sufriría una persona si intentara ahogarse a sí misma; tarde o temprano volvería a la supericie a respirar.

No consiguió secarse lo suficiente antes de volver; ese día supo que la deshidratación por motu propio no sería efectiva. Al menos este lugar era bonito para asentarse, quizá durante una larga temporada de tiempo. Nunca nadie se quedaba, sólo había experimentado tres transformaciones, una de ellas ni si quiera concluyó. Pero todos se iban, nadie se quedaba en el lugar en el que un día se ahogaron.

— ¡Noah! ¡Ah, ayúdame, ven!

Escondido tras unas rocas, observó como una chica de cabellos rubios intentaba zafarse de unas piedras por las cuales había quedado atrapada. Un hombre se adentró en el mar e intentó levantar el peso sin obtener resultados. La chica gritaba cada vez más y eso asustó a Harry tanto como a su compañero, que salió del mar jurando ir a buscar ayuda.

Una vez sus ojos dejaron de percibir movimiento en el bosque, se acercó a la zona del accidente con sumo cuidado. Las pequeñas manos de la chica aguantaban la roca que cubría su pierna y la que estaba por aplastar su pecho; estaba tan asustada que su respiración se volvió totalmente irregular, se estaba ahogando y la marea cada vez subía más.

—¡Noah!- gritó antes de dejar caer la roca sobre sí. Los pequeños pero secos movimientos de las olas la apresaban con insistencia, se ahogaba.

Ni si quiera lo meditó, simplemente nadó hasta llegar a ella y apartó las piedras de su cuerpo. La que apresaba sus piernas pesaba en demasía, pero logró retirarla del lugar. La tomó entre sus brazos y nadó hasta la orilla, donde con la fuerza de sus brazos se arrastró para poder dejarla fuera del agua. Presionó su pecho rítmicamente y tras varias repeticiones la chica comenzó a toser. No escupió mucho agua, perdió la consciencia sólo por un par de minutos debido a la presión de las piedras en su pecho; gracias a Dios estaba bien.

Ni si quiera había sido capaz de abrir los ojos aún, esperó a sentir que controlaba todo su cuerpo y que aún tenía todas sus capacidades con ella. Una vez tomado el suficiente aire miró directamente a los ojos de Harry.

— Mierda. Llevo un rato diciéndome a mí misma que estoy viva. ¿Cómo he podido morirme tan rápido?- exclamó dejando caer su cuerpo de nuevo sobre la arena.

Harry la tomó de los brazos y la puso cara a cara con él, ambos lucían sentados en la orilla aunque de hecho, uno de ellos no tuviera piernas.

— No estás muerta.



Hawaii, 2019.

No quería discutir con Jo, sobretodo porque sabía que tenía razón. Había estado apunto de comparar a un extraño con ella, con la situación por la que pasaron hacía años cuando casi muere; cuando desde ese entonces sabe que es la única persona en la que debe y puede confiar.

Estaba a punto de caer la noche, el sol se ponía con lentitud dejando sus últimos rayos de ténue luz como despedida; amaba admirar los atardeceres cada día, el último siempre parecía más hermoso al anterior. Aunque sin duda, los más bonitos que había visto, habían sido los compartidos con Jo; la única persona que había visto atardecer con él en esta playa.

— Estarías aquí incluso si hubiera tenido que traerte a rastras.

— Te he dicho en tres idiomas diferentes que tuve una alucinación; estuve comiendo bayas por el camino y me caí sobre las rocas; no entiendo por qué te crees todo eso.

— Louis, nunca nada ni nadie desechó mi creencia en las sirenas, incluso cuando nadie había visto una. Ahora tengo un amigo cabezón que dice haber visto a un chico precioso con cola. No estás alucinando.

Harry permaneció estático en el mismo lugar en el que se encontraba antes de escuchar que alguien venía. Estaba demasiado cerca de la orilla del lago y cualquier movimiento llamaría la atención. Agradeció que el sol estuviera desapareciendo; sin luz, su cola se mantenía desapercibida.

— Podríamos al menos haber esperado a mañana, dentro de poco será imposible ver nada.

— Cállate. ¿Dónde fue que lo viste?- Louis señaló exactamente la piedra en la cuál cayó de rodillas y Harry suspiró aliviado, era el momento perfecto para salir de allí.— Vale, tú mira por aquella zona, no hagas demasiado ruido, no queremos asustarle.

En ese instante, Harry pegó todo su cuerpo a las rocas e incluso se dañó la espalda. Aquel chico se dirigía hacia él y esta vez nada estaba de su parte. El joven rubio sería el biólogo que mencionó Jo y no tardaría ni un segundo en llamarle. Quizá si se comportaba de manera ágil podría sumergirse y salir nadando. Sin pensarlo lo intentó, pero no había la suiciente profundidad como para salir sin ser visto. Lo buscarían por todos sitios y se quedarían este lugar. Su hogar desde hacía años.

Las pisadas cada vez eran más cercanas, pronto comenzó a escuchar el agua moverse; ambos estaban caminando por la orilla.

— Niall, no está aquí. Vámonos al hotel, volveremos mañana. No iba a quedarse aquí esperándote, ¿sabes? No es tan estúpido.

Inevitablemente Harry dejó escapar una risa que terminó sumergida en el agua. Sólo esperaba que el sonido de las olas del mar lo pasara por alto. Aunque sin duda, sí; eran tan estúpido.

— Voy a alejarme un poco del lago, a lo mejor está nadando por la playa.

— Claro, como un turista normal y corriente- bufó Louis cuando vio a Niall demasiado lejos como para escucharle. Agotado después de un día mentalmente largo, se sentó en una pequeña piedra obviando que debía seguir buscando. Esto era tontalmente absurdo, nunca debió haber dicho nada.—. No nos iremos de aquí hasta que te encuentre, ¿sabes? Está obsesionado; creo que podríamos poner en marcha un plan. Da señales en alguna playa lejana y podrás volver aquí a...- frunció el ceño con la mirada puesta en el mar pero al mismo tiempo sumido en sus pensamientos.— Estoy hablando con algo que por otra parte creo que no existe. Genial, Louis. Estás definitivamente loco.

Las olas llegaron a la orilla con más fuerza y lo sobresaltaron. A lo lejos Niall caminaba con lentitud sin despegar la vista del mar; pero todo estaba en calma, ningún movimiento fuera de lugar. Al menos no en la playa.

— No grites, por favor.

Todo en Louis se petrificó, ni si quiera un parpadeo a descompás. El aire se trabó en su garganta y se congelo en sus pulmones. Sin mirar directamente, vio como el chico de ojos verdes colocaba sus manos sobre las rocas y se impulsaba para quedar cerca de su rostro.

Cerró los ojos intentando hacer caso a las palabras que recién había escuchado y no gritar, tampoco sería difícil sabiendo que lo tenía a un palmo de la cara.

Parpadeó varias veces antes de mantener los ojos totalmente abiertos y hundirse en la mirada verde y profunda. Más profunda que todo el océano.

Un suspiro se escapó de sus labios y fue cuando se vio en todas su facultades de hablar y pedir ayuda, pero no quiso.

— Eres real.

— Soy real.

Drowned. [Mermaid AU] Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora