1 | Araña

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El incómodo dolor que empezaba a sentir en mi espalda fue lo que me despertó, bueno, además de los rayos de sol que entraban por la ventana por que no tenía presupuesto para cortinas. 
Suspiré abriendo los ojos lentamente, el colchón inflable casi se había quedado sin aire así que basicamente había estado durmiendo en el suelo, cosa que mi espalda no le gustó. 

Con trabajo me senté mientras bostezaba, con las palmadas de mis manos golpeaba suavemente el suelo, sobre mi cadaver vuelvo a dormir aquí.

Me levanté del suelo y caminé hacia fuera de mi habitación, Mateo estaba en el decimo sueño, tanto que casi dormía en el suelo y ni cuenta se había dado. Me acerqué y con mi pie moví su cuerpo para despertarlo.

— No sé que hora es pero está muy soleado afuera y no es buena señal. 

El menor frunció el ceño y se dió la vuelta en el sofá para no tener que mirarme. Suspiré pesadamente mientras ponía mi cabeza hacía atrás cerrando mis ojos con fuerza, derrepente vinieron flashbacks de lo que pasó ayer en la noche ocasionando que los abra de nuevo al instante.

— Me gusta pero me asusta...

Murmuré para mi misma, me interesaba saber a donde iba aquel portal de donde el Punk salió, también me interesaba conocer más del enmascarado...pero también me asustaba saber demasiado al punto de meterme en problemas. Mejor así lo dejo, estoy segura que fue una alucinación por la falta de sueño. 

— Es muy temprano como para que hables sola como una maniaca. 

Aquel que se encontraba profundamente dormido finalmente despertó, su tono de voz era adormilado y rasposo. Le miré ladeando la cabeza, rodeé los ojos y me dirigí hacía el comedor  donde nuestros celulares reposaban, empecé a tocar la pantalla de los dos pero no se prendían, al parecer ninguno de los dos se preocupó en ponerlos a cargar ayer. 

— Mateo tengo que irme a la universidad, no puedo esperarte. 

Tomé mi mochila que estaba en el suelo y la abrí sacando los cargadores, volví a poner la mochila en el suelo y conecté los cargadores, las pantallas se encendieron con el logo del la marca. Miré hacía atrás para ver si él ya se había levantado, aún yacía desparramado.

— Como sea, me daré un baño rápido y si no estás listo para cuando salga me iré sin tí y tendrás que caminar hasta tu escuela. 

Escuché como él maldecía en susurros y simplemente me fuí al baño de mi habitación para rápidamente hacer mi rutina.

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Veía detalladamente por el ocular del telescopio, no sabía exactamente que se supone que estaba viendo pero al parecer era importante pues todos se encontraban interesados en lo que estabamos estudiando. 

— Tú eres la del intercambio desde México, ¿verdad?.

Al escuchar esa voz me enderecé para ver a mi compañero de laboratorio, usaba lentes y se veía como que hablarme había sido un grande logro para él. Sonreí sin dientes ligeramente mientras asentía con la cabeza.

— Me dí cuenta por que tu acento hablando ingles es muy notorio. 

Comentó y mi sonrísa desapareció mientras lo veía extrañada, él se dió cuenta de esto y rápidamente me miró paniqueado.

— ¡No estoy diciendo que tu inglés es malo, de hecho tienes un bonito acento y casi hablas inglés como nativa!

Esta vez no pude contener mi risa, su tono era nervioso y mostraba una sonrisa torpe en su rostro, pudo calmarse cuando supo que no me había ofendido su comentario. 

— Gracias. 

Mencioné, sabía que batallaba para interactuar con las personas, cuando llegué era el único alumno sin compañero, incluso habían equipos con tres personas. Me presenté y él me tendió la mano. 

— Gusto en conocerte, yo soy Peter...Peter Parker. 

ANOMALÍA | Miguel O'haraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora