Parki ya no tiene nada. Él es solo cenizas y un espectro que no vale, no obstante, sigue manteniendo su supervivencia como una mísera marioneta. Y si es necesario, volverá a desenterrar al Ángel de la Muerte para recuperar lo que perdió. Sin embargo...
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Los disparos en el interior sobresaltaron a todos, la gran mayoría ya había vuelto a las camionetas por orden del agente. Jimin se deshizo de los tornillos y lo que quedaba del cierre, cargó con una mano la pesada cadena y con la otra ayudó a que Hobi se levantara.
—¿Jimin, todo bien?.
Namjoon en alerta, ingresó al vagón luego de escuchar los tiros, y por poco se ahoga con la imagen del hacker.
—Vamos Nam, ayúdanos para largarnos de aquí —respondió el ángel, el nombrado se apuró y tomó a Hobi.
Sin tiempo a procesar la impresión del estado de Hoseok, se montaron en la camioneta donde el heredero piloteaba y arrancaron de una vez. Atrás venía siguiéndolos la otra. Saben que están en problemas, pues a sus alrededores se encontraban personas siendo testigos y grabando con sus celulares. Deben apurarse antes que circule algo que los vinculen con el caos que formaron. A solo unos metros del retorno, vieron la lluvia de patrullas que venían de la senda contraria, lo que por suerte los pasaron sin detenerse. Aunque es cuestión de minutos para que la policía se de cuenta.
—¡Acelera Jungkook!
—¿A dónde vamos?, —preguntó el heredero mirando por el retrovisor y directo a los ojos de Jimin.
—A cualquier lugar que no sea la base, no debemos comprometerla —habló el moreno que se encontraba en el asiento del copiloto.
—¡Bien! —y Jeon aceleró.
El corazón del Park tenía una comparsa de latidos, pero que a la vez se frenaba de golpe cuando observaba a su costado izquierdo, donde se encontraba un desesperado Hobi. Él no cree lo que ve, la culpa le invadió haciéndolo sentir miserable, anhelaba encontrarlo con vida, ¿pero así?. Hoseok tenía demasiada mierda del pasado, para ahora cargar con una adicción. Porque al ángel no le costó ni un segundo para sumar dos más dos.
Este era el motivo por el cual Hobi no daba señales y lo tenían controlado. Lo transformaron en un títere donde sus cuerdas están hechas de drogas, y él se está cagando en todos los muertos de los responsables. La ira del ángel está empezando a crecer y a descontrolarse. Jungkook lo notó en sus expresiones y un vago recuerdo surgió, pues hace años fue testigo de aquella mirada filosa y oscura que haría temblar al mismísimo diablo.
¡Ohh, ellos no saben lo que acaban de activar!.
Media hora después, ya estaban de regreso a la civilización. En el vehículo abordaba un ambiente tenso mientras que el heredero evitaba las calles céntricas o los controles policiales. Jimin se encerró en un silencio profundo a pesar de los constantes balbuceos y la inquietud de su hermano. Namjoon, increíblemente estaba teniendo una actitud parcial y ayudaba a Jungkook a encontrar un lugar tranquilo para ellos descansar un rato y ver que procedía.
