6. Hong Moon Byol

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Tomaron asiento en aquel sitio, donde la pelinegra alzo su mano, pidiendo una botella de soju para el comienzo. Vincenzo miraba a su alrededor, analizando el sitio donde se encontraban.

—Por favor, beba usted primero.

Dijo Hong, mientras servía el caballito al mayor, aquel consigliere miro a la joven, aceptando el trago y llevando este a sus labios, para poder tomar un sorbo de esta bebida.

—¿Puedo preguntar acerca de usted, señorita Hong?

Vincenzo pregunto, Moon asintió, sirviendo un trago para ella, girando su rostro levemente para poder beber.

—Por supuesto, soy un libro abierto, pregunte lo que quiera.

Respondió con una sonrisa, mientras pedía dos tazones de kimchi junto con una orden de mollejas. La señora asintió, diciendo que en un momento les llevaría su orden.

—Usted parece hablar mi lengua, aquello me dejo lleno de curiosidad, ¿Cómo es que aprendió esta?

Moon bebió todo el vaso de un solo trato, no era desconocedor para su padre que la chica solía beber demasiado. Su resistencia al alcohol era buena, así que aprovechaba beber cuando podía.

—Oh, bueno. Logre conseguir una beca en la universidad de Yonsei, entonces en mi residencia se me pregunto si quería hacerla aquí o bien, quería hacerla en el extranjero, claramente me decidí por el extranjero. No todo el tiempo tengo oportunidad de viajar fuera de Corea.

Habló con una risa, hubiera sido una tonta total el no haber aceptado tal propuesta.

—Entonces se decidió por Italia.

—Exactamente— respondió Moon.

—¿Puedo preguntar la razón?

—Bueno, me gusta el renacentismo, y se que este se dio en Italia, así que quise ir a la cuna de este.

Explicó, una razón sencilla para Vincenzo, no había mucho detrás de esa opción.

—¿Fue a la capital?

—Nope, a Venecia.

—Un lindo sitio.

—Lo sé, mi estadía fue buena allí.

Respondió Venecia fue un lugar encantado para ella, aunque claro, se quedó con ganas de explorar muchos más, ir a la ciudad del Vaticano, conocer Roma.

—¿Y tenía ya conocimiento de Italiano?

—Uhm, nope. Bueno, un mes antes de irme comencé un curso, lo básico para comunicarme y no quedar como tonta al llegar. Suerte que me tocaron unos compañeros amables, me enseñaron la ciudad y el idioma.

—Eso fue bueno, no estuvo sola en su estadía.

Byol asintió con una sonrisa melancólica, extrañaba a sus compañeros, finalmente fue un grupo de extranjeros quien se unió, un canadiense, una alemana, un francés, dos noruegas y un suizo y ella. Aun hablaban por mensajes, pensaban que la comunicación era importante.

—Si... Buenas personas me encontraron y me hicieron sentir en casa a pesar que estaba a miles de kilómetros de ella.

Pronto aquella cena fue servida y llevada a ellos, pasando el tiempo entre una charla con ambos, Vincenzo conociendo más de la energética Hong menor.










Él consigliere se levantó de su departamento con un fuerte dolor de cabeza, ni siquiera recordaba cuanto había bebido la noche anterior con la señorita Moon Byol, pero al parecer había sido lo suficiente como para amanecer con una resaca.

Glory and Gore||Jang Han-SeokWhere stories live. Discover now