🔸Hoofdstuk 30🔸

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Narra Edén

El callejón era estrecho, las sombras de los edificios altos oscilaban, proyectándose como cuchillos en la oscuridad. Mi cuerpo estaba en alerta, cada músculo tenso mientras caminábamos con cautela. Sabía que algo no estaba bien. Y entonces, los vi. Los hermanos de Ruselli habían preparado una emboscada, como si supieran que pasaríamos por ahí. Sus rostros, retorcidos por la arrogancia y el odio, eran una señal clara de que no buscaban justicia, sino venganza.

—Te atrapamos, Edén. No escaparás esta vez-

Su voz burlona me provocaba, pero no caí en su juego. Sentía la adrenalina, pero mis palabras fueron tan tranquilas como siempre.

—¿Creen que unas armas cambiarán algo?-

No lo hacían. Las armas no cambiaban el odio ni el pasado que los consumía. Pero antes de que pudiera decir más, uno de los hermanos dio la señal.

—¡Ahora!-

El caos estalló. Mis hombres, alertados, emergieron de las sombras. No había vuelta atrás. Las armas se alzaron y la batalla comenzó. No se trataba de un enfrentamiento cualquiera. Sabía que para ellos esto era algo personal, pero para mí, era solo otro capítulo de una historia que nunca parecía terminar.

—No buscan justicia, buscan venganza. Defiéndanse-

Las balas llenaron el aire. Los disparos resonaban en cada esquina del callejón, cada destello iluminaba brevemente los rostros tensos de aquellos que peleaban por sus vidas. No tenía miedo, pero sí una conciencia aguda de la fragilidad del momento. Cada decisión, cada movimiento, podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

—¡Edén no saldrá vivo de aquí!-

Sus palabras me golpearon más fuerte que cualquier bala. Pero no podía permitirme perder el control.

—Su sed de venganza no cambiará el pasado-

Mi cuerpo resistía, pero no por mucho tiempo. Sentí el impacto de una bala, la sangre comenzó a fluir, y el mundo se desdibujó a mi alrededor. Aún así, no podía dejar que el dolor me consumiera. Mi única opción era sobrevivir. 

Gravemente herido, mis hombres me sacaron de allí, llevándome a Italia. El viaje fue una carrera contra el tiempo, y apenas recuerdo el momento en que entré en el quirófano. Todo era un torbellino de luces y voces que apenas podía comprender.

—Necesitamos estabilizarlo antes de la operación-

En mi delirio, susurré lo que creía que eran mis últimas palabras.

—Esto ha terminado. Lo hemos conseguido…-

Pero no fue así.

Cuando desperté, no estaba muerto. Estaba en una villa italiana. El aroma de los jardines mediterráneos llenaba la habitación, y por un instante, todo se sintió irreal. Pero las sombras del pasado aún me perseguían.

—Te encuentras en Italia. Necesitarás tiempo para recuperarte-

Intenté incorporarme, pero el dolor me lo impidió. La venganza de los Ruselli seguía presente en mi mente.

—-Italia... pero los hermanos de Ruselli...-

—Descansa, Edén. Tu historia no ha llegado a su fin-

Con el paso de los días, me trasladaron a través de los paisajes más bellos que jamás había visto. Pero incluso con la costa del mar Tirreno ante mis ojos, no podía relajarme. Apreciaba la belleza de Italia, pero dentro de mí sabía que aún quedaban cosas por hacer.

Obsesión Belga©(Completa✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora