24 - D de desengaño... y desmadre

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¡Hola, corazones!

Casi me quedo dormido antes de actualizar... Hoy, por fin, pude ir a la playa y recrearme en el escenario donde transcurren los capítulos más recientes. Pero volví muy relajado y el sueño ha empezado a aflorar. Espero que, mientras yo sueñe con los diablitos, ustedes se estén entreteniendo con este curioso capítulo. Pensaba dividirlo en dos porque es largo, pero decidí dejarlo tal cual para no cortar la inmersión en la escena.

¡Que se diviertan! ¡Un besote!

Yo... zZz...

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D de desengaño... y desmadre

ANA

—¡Ah! —El eco de lo que parece ser un gemido de placer invade mis oídos cuando Flor y yo entramos en el agua.

—Mira a aquellas dos —me indica Flor, apuntando hacia nuestra izquierda con la mirada. Las cabezas del par de desquiciadas y el brazo con que Laura se aferra al cuello de Aiko son todo lo que se aprecia de ellas a varios metros de distancia. Aunque intercambian besos apasionados, los ojos de ambas se extravían mientras giran al ritmo de las olas y nos focalizan a Flor y a mí—. Tan abrazadas y mimosas... Te puedes imaginar lo que están haciendo debajo del agua, ¿verdad?

—Ahuyentar a los peces. Puedo imaginar a esos pobres pececillos nadando despavoridos por los traumas que les están creando. Son dos locas alimentando su locura. —La maldita Aiko ha vuelto a salirse con la suya. Apenas distingo su expresión facial por la lejanía que nos separa, pero percibo la satisfacción que destila su rostro, una satisfacción que mezcla el placer que recibe de Laura y el placer de restregarme que está penetrando a mi ex hasta las entrañas en mis narices.

—¡Ja, ja, ja! Ana banana, te has vuelto tan vil que me haces reír más de lo normal. —Flor me toma por el antebrazo y tira de mí para atraerme hacia ella, apartando mi mirada de las psicópatas. Cuando estoy cerca de ella, la atrapo por la cintura y la empujo para ir hacia lo hondo, lejos del alcance de los gemidos de las dementes—. ¿Cómo lo llevas?

—¿El qué?

—Lo de ellas —aclara Flor—. No esperaba que llegaran al extremo de follar estando tú aquí. La baby me desconcierta mucho, pero bueno, me interesa saber cómo estás tú. No quiero que te afecte y que te vengas abajo de nuevo.

—Tranquila, Flor. Por mí pueden follar hasta con mi consolador. ¿Te puedes creer que la cabrona se llevó el que me regalasteis junto con los suyos? Anoche noté su ausencia.

—¡Ja, ja! —Por un instante, Flor posa las manos en mi cintura, ya que casi no tocamos el fondo—. Parece que un momento de necesidad te sirvió para darte cuenta de su ausencia. Tomo nota para tu próximo cumpleaños.

—Aún falta como un mes para mi cumple. ¿Y si tengo una emergencia, lista?

—Que yo sepa, no has perdido los dedos, pero, si no te bastan..., puedes llamarme. Ya sabes, las buenas amigas se apoyan en todo. —¡Qué linda es Flor cuando bromea y coquetea a la vez! Una risita nerviosa sustituye su sonrisa esplendorosa cada vez que me dice algo insinuante.

—No me lo digas dos veces. —La salpico con un poco de agua.

—Ay, Ana banana... —suspira—. Ahora, en serio, ¿seguro que estás bien con lo de Laura y Aiko? Los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana, y los vuestros eran muy fuertes. No ha pasado ni un mes desde que todo se fue a la mierda. Además, la última vez que nos vimos temías por la seguridad de Laura y las locuras de Aiko.

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora