¡Hola, bellezas!
Por fin, la obra ha llegado. No hay más que decir. Se abre el telón. Disfruten del espectáculo.
¡Feliz domingo! ¡Un abrazote!
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La obra
ANA
El temblor de mi pulso ha aumentado desde que salí del instituto. No sé si debe a que superé mi límite de tolerancia de incordios matutinos, a que me excedí con las bebidas energéticas para mantenerme en vilo o a los nervios que me genera regresar al instituto para presenciar la obra. Probablemente se deba a todo el conjunto, pero, sin duda, contemplar la sonrisa diabólica de Aiko mientras entramos en la sala de teatro empeora mi inquietud.
La avalancha de alumnos avanza entre las filas de asientos y empieza a ocupar las sillas, que quizás no basten porque el público es más grande de lo normal. Se nota que Catalina difundió la información de manera ejemplar, pues han venido padres, niños y jóvenes que huelen a otros institutos. Cumplirá su deseo de humillarme indirectamente frente al mayor número posible de personas. De hecho, han montado una cámara para transmitir la obra en directo a través de las redes sociales del instituto, así el mundo entero podrá reírse de Bambi, la burla que subyace al supuesto mensaje social de la puesta en escena. Por eso, no me extraña oír voces que susurran «Esa es Bambi.» a mi paso.
—Chicas, mirad, hay sitios libres junto al profesorado —indica Roberto—. Sentémonos allí, en primera fila.
—Nosotras tenemos otros asientos reservados en primera fila —expone la pequeña psicópata, como si Roberto hubiera contado con ella, cuando, en realidad, se dirigía a Patricia y a mí.
Por lo visto, Beatriz, la mascota de Aiko, les ha guardado un sitio en el ala este de los asientos, ya que las está llamando con mucho entusiasmo. Yo seguiré a Roberto y Patricia, que doblan por la primera fila del ala oeste, donde la directora y algunos profesores dialogan junto a sus privilegiados puestos.
—Mentí... —me susurran fugaz y siniestramente al oído.
Un escalofrío me hiela la sangre hasta el punto de petrificarme. Ese detestable acento proveniente de esa dulce voz vuelve a erizarme la piel. En cuanto volteo la cabeza, descubro la perversa sonrisa de Aiko, que me da la espalda tras sembrar el pánico en mi pecho.
¿Qué ha querido decir? ¿Mintió? ¿Significa que expondrá a alguno de mis amigos? ¿Es tan sádica y manipuladora como para haberme engañado haciéndome creer que cumpliría con su palabra?
—Bambi, quítate de en medio, tu cornamenta nos corta el paso. —Eric y sus lacayos me devuelven a la realidad con su risotada.
Ignorando al rebaño, continúo hasta sentarme al lado de Patricia como si me hubieran arrebatado el alma. Mi corazón se tensa como si estuviera recibiendo una descarga eléctrica y, como consecuencia, los goterones de sudor se forman en mis sienes, una pierna se me acelera y mis dientes se ensañan con una uña.
—¿Ansiosa por la obra? —me consulta Patricia.
—Sí, quiero que acabe pronto, luego tengo clase de dibujo —respondo automáticamente como un robot.
—Parece que estará muy interesante. Dicen que le han puesto mucho empeño y que el profesor Tomás está muy ilusionado con ella porque aspira a recrearla en varios teatros, puede que incluso en la península —agrega Roberto y paro de escuchar.
Mis ojos, enloquecidos, se desvían hacia la derecha en busca de la mayor psicópata que he conocido. Más allá de Eric y sus fieles escuderos, contemplo a la risueña Aiko, que se inclina hacia adelante adrede para que nuestras miradas se encuentren, aparentemente, por casualidad. Pero no es así, nada ocurre por casualidad cuando se trata de ella. Aiko finge recorrer el escenario y la sala con la vista para justificar que me cruzo en su campo visual. Aprovecha nuestra oculta conexión para restregarme su triunfante y oscura sonrisa una vez más. Es tan retorcida que desliza el dedo índice por su cuello como gesto de que degollará la estabilidad mental de alguien que me importa, y encima lo disimula de tal manera que parece un gesto natural.
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La hermana de mi exnovio [En proceso]
Teen FictionLa experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió en pesadilla cuando ELLA apareció... *©2021 Luis E. Bermúdez* *Todos los derechos reservados* *No au...