océan parfait | Levi Ackerman [editando]

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❝Ahí, entre la línea imperceptible entre el cielo y el mar, la luna danza sobre las olas ❞

〖 𝓓𝓪𝓷𝔃𝓪 𝓼𝓸𝓫𝓻𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓸𝓵𝓪𝓼 〗

El letrero de bienvenida a París está frente a mí. Una sensación de estar dejando algo atrás me invade, sintiendo pesadez en el pecho. Sé que no debo preocuparme por los cambios. Esto es lo que realmente quiero; continúo con el camino, como siempre lo he hecho.

Recibo la llamada de Levi para decirme que ha llegado al aeropuerto a recogerme, como habíamos quedado. Él regresó a París hace una semana.

"Parece que te dejé ayer en el aeropuerto", dice mientras toma mis maletas y suelto una risa.

Lo veo abrir la cajuela del coche a la vez que hace preguntas referentes al vuelo y a cómo me siento en general. Me pregunto si quiere saber algo en especifico, sobre todo cuando noto cierta calidez en su voz.

Observo todo el recorrido hacia el chambre de bonne que Levi consiguió para mí. Ha sido difícil de encontrar algo en una buena zona; por suerte, él conoce a gente que me permitió rentar  algo considerable.

Subimos seis pisos por el elevador; hay restos de oxidación sobre el material.

Levi considera hospedarse en París por tiempo indefinido, aunque añade que será por bastante tiempo.

Vamos por las escaleras para subir al último piso del edificio. Hay bastantes puertas seguidas una de otra; oigo las llaves que lleva en su mano mientras voy detrás de él. El olor a humedad y a pintura fresca llega a mi nariz.

"Es aquí", escucho. Introduce la llave en la puerta indicada. Al escoger el lugar, temía que la iluminación no fuera buena, pero me siento aliviada al saber que no es así. Incluso las paredes blancas brindan más luminosidad.

El espacio es pequeño, pero es lo suficiente por ahora. Todo estaba frente a mis ojos: sala, cocina, comedor, recámara e incluso un diminuto espacio para una regadera aislada con paredes de cristal difuminado.

Decidí este chambre debido a la vista y es lo primero que quiero analizar, ya que no hay mucho que ver adentro.

Salgo al pequeño balconcito y miro la ciudad. Sonrío al saber que lo he conseguido. Me mantengo con la curvatura en mis labios al volver al cuarto.

—Así que así empiezas en París —digo, observándolo entrar con la última maleta.

—Sí. Te dejaré para que te instales. Llámame si necesitas algo. Estaré con Nile —asiento. Lo acompaño a unos pasos a la puerta.

—Oye, Levi —vuelve a mirarme—. Gracias.

Hace un ligero movimiento con la cabeza y cierra la puerta.

Voy a mirar con más detenimiento el espacio, notando el acabado de la cocina eléctrica. Quiero conocer la comodidad de la cama y me siento en ella. Mi vista se dirige a las llaves del auto de Levi que hay sobre el colchón. Las tomo y abro la puerta deprisa. Me asomo al pasillo y ahí está él con la frente pegada a la pared y mirando sus zapatos.

No puedo evitar sonreír.

—¿Qué haces ah... —nota mi presencia antes de que termine la frase y se endereza.