Started with a lie [Guapoduo]

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»¡Pendejo! ¡Díselo si te gusta!

Decía Missa en una llamada con su hermano, a su lado estaban Aldo y Roier terminando su tarea de arte en un lienzo mientras que escuchaban las palabras del chico de máscara.

»¿Cómo sabes que es imposible si ni lo intentaste? ¡No te hace falta nada! ¡Eres adorable! ¡Espontáneo! ¡Y bueno! ¡Así que anímate! De nada sirve ocultar tus sentimientos. Algún día te descubrirán.

Las palabras del de máscara dejaron pensando al de bandana a su lado.

»¿Qué harás entonces?

Missa quedó en silencio, atento a las palabras de su hermano, las cuales ni Aldo ni Roier podían escuchar, puesto que el de máscara llevaba puestos audífonos.

»Bueno...

Al otro lado de la línea se encontraba Quackity terminando de aplicar tinte en su cabello.

»Sí. No te preocupes. Se necesita coraje para amar, creo que tenía miedo. —alzó su mirada hacia el espejo para observar el resultado— ¡Aah! ¡A mí todo me queda... bien! ¡Te dejo, nos vemos luego!

Missa soltó un suspiro luego de que su hermano cuelgue la llamada.

—¿De quién se habrá enamorado mi hermanito tan adorable y bueno? —preguntaba a los chicos a su lado— ¡Roier! ¡Háblale a mi hermanito! ¡Dale unas clases, tu eres experto en relaciones! —exigió, asustando un poco al castaño.

—¿C-Clases?

—¿Y si se enamoró de una mala persona? Mi hermanito tan adorable y bueno... ¡¡Tengo miedo de que sea infeliz!! —dijo, lloriqueando.

—D-Disculpe, ¿está el delegado? —interrumpió alguien.

—¡Sí! —respondió el de bandana.

—El profesor me pidió que le entregara las boletas de calificaciones. —informó, extendiéndole las boletas al castaño.

—¡Gracias!

Roier buscó su boleta y la de sus amigos, entregándoselas a cada uno respectivamente y guardando las demás para luego dárselas al resto de sus compañeros.

—Con estas calificaciones... No podré estar libre ni en las vacaciones. —dijo el de gorra luego de revisar su boleta.

Mientras tanto, el de máscara de calavera observa las calificaciones del de bandana.

—¡No puede ser! ¡Roier! ¡Si eres malísimo en educación física! —dijo luego de observar la calificación del chico en dicha materia— ¿Pero tienes un diez en básquet?

—Di la verdad, es por él ¿no? —cuestionó Aldo, refiriéndose a Cellbit.

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»¡Gatinho!

»Saqué un diez en educación física jeje.

»Te dije que no lo hicieras tan bien.

»¡Al menos no nos descubrieron!

»Não posso errar.

»Quem se passou por você é

»O melhor esportista!

»¡Eso es cierto!

»Não mereço um prêmio?

»Você ganhou um dez, graças a mim.

»¡Pídeme lo que quieras!

Un recuerdo pasó por la mente del mayor.

El castaño se encontraba entrando a la cafetería donde trabaja el rubio, sonriéndose mutuamente en el momento en que hicieron contacto visual.

—Graças a você, tirei nota máxima em pintura. O professor nem percebeu. —le comentó al más bajo.

—No puedo hacerlo mal. ¡El que lo pintó es el Picasso de la facultad de artes! —dijo, sonriendo orgulloso.

Que adorável.

—¿No me merezco nada?

—O que você deseja?

—Mm... ¡Un café frío!

»Mm... Milkshake de chocolate!

»¡¿Otra vez?! Te convertirás en azúcar así...

»Você vai me comer, então?

»..............................

Que porra eu estava pensando?

Que piada horrível! Ele vai odiar!

Eu sou um idiota! Ele vai me bloquear...

Roier deve estar chocado.

-Continuará-