20- Todo bonito

178 10 3
                                    

-¿Me amas? -dijo la chica sonriendo de la emoción.

-Te amo. Te amo como a nadie en el mundo, se que pensarás que es muy poco tiempo para amar, pero siempre me has encantado. Tenía miedo de admitirlo pero ya me cansé de ocultar lo que siento, solo quiero ser feliz, junto a ti...

-Yo también te amo, Jorge. -confeso.

-¿Enserio? -pregunto ilusionado.

-Enserio. Por eso estaba tan molesta, pensé que estabas con Elizabeth nuevamente y que solo habías jugado otra vez conmigo... Te quiero solo para mí, y no me gusta que te relaciones con ella. ¿Me juras que no paso nada entre ella y tú en esas vacaciones?

-Claro que no paso nada hermosa -dijo seguro mientras le acariciaba el pelo a la castaña-. Yo solo te quiero a ti, no me hace falta nada más por qué tú eres todo para mí.

-Confió en ti y se que me dices la verdad, ¿Y sabes? Te amo mucho.

-No, yo te amo más, creeme.

Entre caricias y abrazos, se besaron hasta dejar hinchados sus labios, y quedarse dormidos profundamente.


Al siguiente día la tormenta ya no estaba, solo había el caluroso sol reflejando en el mar de Avalon.

Jorge se despertó y encontró a una hermosa mujer durmiendo cómodamente acurrucada en el. Le dió varios besos por toda su boca, haciéndola despertar.

-Noo, Jorge. -dijo Silvia aún con los ojos cerrados.

-Despierta mi vida, nos tenemos que ir. Si no, van a pensar que fuimos secuestrados. -sonrió el pelinegro.

-Mmm, que me darás a cambio. -dijo siguiendo el juego.

-No lo se, talvez te podría hacer el amor para que despiertes con ganas, te podría invitar a cenar esta noche, o simplemente ver tus películas favoritas en mi casa mientras comemos helado y pizza, cuidando de Lizzy.

-Vaya, todo se escucha tentador. Que te parece si empezamos con la primera opción.
-sonrió pícaramente la ojiverde.

Y así, volvieron a hacer de ellos, uno mismo.
Fundiéndose en la pasión y el deseo carnal, pero lleno de mucho mucho amor.

Más tarde se cambiaron y salieron del hotel. Subieron al auto y empezaron a hablar de lo maravilloso que había sido esa tormenta, gracias a ella terminaron juntos y confesando que se amaban.

-Que lindo se ve el mar desde aquí verdad.

-Algún día de estos te voy a llevar conmigo a la playa, y nadar juntos en el mar.

-Solo me estás emocionado. -rió

Jorge tomo la mano de Silvia y la beso con ternura.

Llegaron a Los Angeles, Jorge dejo a Silvia en su casa, sin antes no despedirse con un profundo beso. El recogió a su perrita con la persona que se había quedado y se fue a su casa.

Se dió una ducha y se acostó en su cama mientras sonreía enamorado. Estaba completamente seguro que estába flechado por Silvia, nunca había experimentado esa sensación con ninguna de sus ex parejas, y eso que Silvia aún no era su novia.

Tiempo después paso un mes, la relación de Jorge y Silvia cada vez mejoraba más. No eran novios oficiales, pero solo sabían que se amaban. Todos los días después del trabajo tenían un plan para ellos, ya sea salir a pasear o comer por la ciudad, hasta quedarse viendo películas juntos y terminar juntos envueltos en la pasión.

Todo estaba saliendo de maravilla.

Un día se reunieron a comer con Jane y Damian, sus amigos. Estaban planeando un viaje todos juntos, se decidieron a ir a las magníficas playas de Hawaii.

Los amigos aceptaron encantados, ese fin de semana viajarían a conocer ese hermoso lugar.

El deseo en tu miradaWhere stories live. Discover now