Capítulo 14| Días felices en el caribe.
Antonella Cavalcante:
San Juan, Puerto Rico.
—¡Antonella, una foto!
Me giré con una sonrisa, encontrándome con una cámara digital apuntando a mi rostro y esperé a que se escuchara el flash. Will me miró con una sonrisa cómplice y se acercó a mi para enseñarme otra de las fotografías que ha estado recolectando. Ya estaba apunto de oscurecer, el atardecer poniéndose frente a nosotros y estás pareciéndonos una de las mejores vistas. Esperábamos todos los días en la playa y luego volvíamos a casa para preparar algo delicioso que comer.
O algo delicioso que de alguna forma Bash terminaba preparándonos y aunque se quejaba, sabíamos que lo hacía con gusto.
—¡Vale venga, una foto grupal!— nos hizo unirnos a los cinco en un abrazo que me reconfortó.
—¿Quien cocinará hoy?— pregunto yo con diversión, haciéndole ojitos al moreno, ya cuando empezábamos a caminar en dirección a la casa en la cual nos hemos estado quedado todo este tiempo.
—Sebastian— contestó Eleanor con la misma sonrisa burlona que yo y el moreno bufó, desganado.
—No puedo— abre la puerta para nosotros y luego la cierra tras entrar. Todos caminamos hacia la sala y yo me dejo caer entre los brazos de mi novio; Will me recibe con gusto y con estos mismo me arropa.
—¿Y eso por que?— le interroga su mejor amigo con una mirada confundida.
—Me veré con alguien.
Will y Nate estallan en carcajadas.
—La niña tiene una cita— Nate se le burla en la cara, provocando que Bash le haga una grosería con la mano.
—Púdrete, Cavalcante.
—¿Con alguien te refieres a la pelirroja que hemos estado viendo salir en hurtadillas de la casa?— le pregunta Eleanor con diversión.
—Su nombre es Maxandra— corrige con molestia.
Maxandra era la chica con la cual Sebastian se había estado encontrando tres días después de nuestra llegada.
—Y vamos a tener una cita, así que por ello no puedo cocinarles esta noche— se cruza de piernas en el sofá y se recuesta más en este.
—Invítala a venir— le digo yo y este inmediatamente me mira. Me remuevo un ocio incómoda ante su mirada expectante.
«Lo nuestro ha sido incómodo desde que tuvimos que romper lo que sea que habíamos tenido»
—No— se puso de pie para alejarse de nosotros.
—¿Por que no?— me coloco frente a él para evitarle una huida— Si tanto te gusta, preséntanosla.
—Se como son ustedes y no puedo dejar que me avergüencen ante una chica que realmente me llama a la atención— se puso las manos en las caderas, pareciendo una jarra.
—Nadie va a avergonzarte— Nate le sonrió en un vago intento para tranquilizarlo— ¿Verdad chicos? ¿Will?
Ninguno de nosotros contestamos a su pregunta y era por que estábamos demasiados ocupados viendo hacia Bash, indignados.
—¡Ves!— chilló el moreno.
—¡Es que no prometo nada!

ESTÁS LEYENDO
El Mejor Amigo De Mi Padre. ©
Romance¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamos respirar ni existir sin tenernos. Era lo mejor que nos había pasado, así que ¿por que estaba mal...