30 - Ensayos

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¡Hola, amores!

Creía que no llegaría a terminar un capítulo para este fin de semana, pero he podido descansar y lo he conseguido. ¡Disfrútenlo!

Gracias por su apoyo. ¡Un abrazote!

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Ensayos

ANA

La curiosidad me impulsó a visitar el perfil de Instagram de Aiko después de leer sus mensajes y descubrir que ella me sigue. Si bien me pareció propio de esa manipuladora lucir una imagen de cordialidad al principio de sus mensajes, me tomó por sorpresa la firma final acompañada de un corazón negro. De algún modo, ese detalle me resultó cercano y bonito, más allá de la superficialidad, y me recordó a Laura.

Cuando entré en su perfil, pensé que me encontraría con el rincón oscuro de una perturbada de máxima categoría. Que si rituales satánicos, que si fotos siniestras e inquietantes, que si alusión a la muerte. Pero no. Su perfil es uno de los más profesionales y tiernos que he visitado. Aiko se define a sí misma como diseñadora e intercala fotos de interiores y exteriores de casas con algunas personales de ella llenas de escritos románticos. Casi todas las descripciones están en japonés e inglés, así que las traduje y vi que en sus publicaciones cita a Laura como su luna, su alma gemela, su musa y su amor sin mencionar su nombre. Me sentí identificada porque yo definía a Laura de forma parecida en las mías, con la diferencia de que yo publicaba fotos nuestras y Aiko no muestra la cara de Laura, solo momentos de sus manos enlazadas, sus labios besando sus mejillas, sus pies unidos en la cama y cosas por el estilo.

Por lo que observé en el idioma de los comentarios que ha recibido y los nombres de sus seguidores, la mayoría de ellos son asiáticos. Por supuesto, tenemos en común a los amigos de Laura que ha ido conociendo hasta ahora. Nadie se imaginaría que detrás de esa cara bonita y angelical que le enseña al mundo una fachada limpia y luminosa se oculta una psicópata. A pesar de todo, la seguí y le respondí con un «Ok» a secas.

Luego, mientras comía en mi casa, continué mirando historias y publicaciones hasta que una de Aura me recordó la petición de Laura. La pequeña psicópata me había pedido que la acompañara a un evento friki para que apoyara su actuación, así que me picó la curiosidad y visité la página de dicho evento, que casualmente Aura había compartido. Al principio no me apasionó, pero lo medité a medida que leía todo lo que ofrecían y consideré que podría ser una experiencia interesante y divertida yendo con amigos. Además, se me ocurrió una idea descabellada después de escribirle a Laura: «Iré al evento, pero no por ti. Igualmente me pagarás el viaje». Mi intención era incordiarla, pero ella se lo tomó como un premio al responderme que le alegraba que fuera y que me pagaría lo que quisiera con mucho gusto. ¡Niña odiosa!

El tiempo ha pasado desde entonces y aún espero que Aiko concrete el horario de las clases de defensa personal. Aunque me cueste admitirlo, la incertidumbre de lo que pasará en esas clases actúa como dinamita para mi adrenalina. Cada vez que pienso en ello, el pulso se me acelera. No sé si es mi instinto de supervivencia susurrándome que me estoy metiendo en la boca del lobo o la intriga de conocer mejor a la persona que más detesto generándome una extraña adicción.

No obstante, no permito que esa sensación me robe el sueño ni me prive de disfrutar del resto de mis clases, como la de baile, que recién concluyo en los brazos de mi profesora tras un giro frenético.

—¡Un aplauso, chicas y chicos! ¡Habéis estado increíbles! Nos vemos en la próxima clase. —Como siempre, mi profesora Paola pone el punto final a la sesión derrochando entusiasmo y energía. Cada semana, todos los alumnos abandonan el salón portando una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que refleja las buenas vibraciones que ella nos transmite—. Ana, impresionante. Sigue así. —Me aprieta el hombro con calidez.

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora