Extraña convivencia

98 19 0
                                    




"— Lo siento Loni... realmente estoy nervioso, jamás...jamás he estado desnudo frente a nadie...  —

— No te preocupes, Guille. Podemos esperar más tiempo, no quiero que... —

—      No, quiero...quiero hacerlo... Quiero demostrarte que soy un alfa de verdad... que puedo complacerte, quiero que dejes de llamarme cachorro...  después de hacerte mío esta noche —

El corazón de Scaloni latía de emoción y no podía evitar caer más enamorado de ese adorable chico, sus mejillas rojas y sus nervios a flor de piel ante este momento. No pudo evitar acercarse para besarlo de una forma tan lenta que le impregnaba un pedazo de su alma, ser correspondido era lo que le hacía feliz. Esa noche Scaloni no dejaba de gemir el nombre de su alfa, de aquel dulce chico que tomaba las riendas en ese momento donde le hizo por un momento dudar si era realmente Guillermo; arqueó su espalda al sentir el nudo del mexicano que su cuerpo tembló de felicidad, las manos gruesas del rizado tocaba su piel con tanta delicadeza mientras besa su pecho de forma tierna marcando un camino de besos hasta su cuello donde sintió como dejaba algunos chupetones en su glándula omega.

Cada mañana despertaban besándose entre sí y amaba ser mimado o donde las manos del alfa tocaba su piel provocando que terminara con las piernas temblorosas durante sus entrenamientos.

Te amo, mi Loni

Te amo, mi querubín

Scaloni amaba esos días de paz junto con su novio, si tan solo hubiera sabido que esos momentos tenían fecha de caducidad lo hubiera disfrutado a su máximo esplendor"

.

.

.

— Scaloni. Hemos llegado — Aimar aplaudió para regresar a su amigo a la realidad y soltó un largo suspiro cuando solo observó como se levantó sin dirigirle la mirada. No quería tocar el tema, sabía perfectamente el motivo de la distracción de su amigo.

Nadie esperaba este reencuentro para ser sincero, ni siquiera Beckham pudo pensar en ello. Lionel Messi platicaba con Sergio Agüero junto con Angel Di María hasta llegar a los vestidores donde se quedaron en silencio al notar que había algunas pertenencias de otros jugadores y Messi no pudo evitar sonreír de felicidad al notar que eran de los mexicanos.

— ¡Scaloni! ¿Qué haces aquí? Falta una hora para entregarte el campo — expresó Martino con una leve sonrisa mientras se acercaba a saludar a su compatriota que al notar su cara de confusión soltó un suspiro — ¿No has vistos tus mensajes, cierto? Cambiaron los horarios. Pueden quedarse en el campo, no tengo problema con ello — comentó antes de regresar con sus jugadores y Scaloni tuvo que cruzar los brazos para disimular un poco el pánico que sentía.

En cambio, Messi empezó a correr hasta el campo en busca de Rafael y Sergio no dudó en seguirlo mientras reía divertido al ver emocionado a su mejor amigo, todos los jugadores caminaron hasta el campo para ver a los mexicanos con curiosidad. Era del dominio público que el gran jugador Lionel Messi sentía mariposas en el estomago por Guillermo Ochoa, portero mexicano que jugaba para El América. Scaloni al salir pudo sentir como el viento golpeaba sus mejillas y ver a Guillermo sonreír, provocó que su respiración de agitara un poco. Esos sentimientos inocentes que aun sentía por el mexicano, recordando los días que reían juntos y eran felices.

Cuando el mundo solo giraba para ellos dos y nada más.

— Por favor, Pablo. Dile a Beckham que venga, no... no puedo estar sin él ahora — susurró solo para su amigo quién no dudó en marcarle al británico mientras veía como Scaloni trataba de no colapsar.

Después de tantos añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora