daylight; marculi.

12. ¿juli?

La chica me resultaba ligeramente familiar, pero no recordaba de dónde.

Su mirada iba de Marcos a mí, con el ceño fruncido y millones de preguntas en sus ojos.

¿Quién era esta chica?

—Hola, soy Julieta, ¿vos quién sos? —La miré con una sonrisa mientras me acomodaba el pelo.

—Julieta. —No lograba distinguir si me miraba mal o raro.

—Si, Julieta Poggio.

—No no, que yo también me llamo Julieta. —La miré, y mis ojos se trasladaron a Marcos.

Él nos miraba con sus ojos abiertos, las mejillas sonrojadas e infladas como si estuviera a punto de largar una carcajada.

—Juli, ella es... —De repente recordé porque su rostro me resultaba familiar. Ella había ido a verlo en la final, estaba esperándolo con su familia cuando salió. Claro, era su ex. —...mi novia, Julieta.

Esperá, ¿qué? ¿novia? ¿había vuelto con ella?

—Oh. —Dije frunciendo el ceño asombrada y sin entender exactamente lo que estaba pasando. —No sabía que habían vuelto, ya me acuerdo, de la final, estuviste allá ¿no?

—Sí... —Me miró, pero inmediatamente desvío la vista de mí y miró a Marcos para preguntarle sin disimulo alguno. —¿Qué está haciendo ella acá?

—¿Disculpá?

—Juli...

Marcos y yo hablamos a la misma vez.

¿Qué le pasaba? ¿Quién se creía que era para hablarle de ese modo cómo si yo no estuviera presente?

Miré a Marcos y él me devolvió la mirada brevemente pidiéndome disculpas con sus ojos, lo notaba incómodo.

—Yo me encargo, Ju... —Lo miré durante unos segundos fijamente mientras asentía.

Sin pensarlo dos veces, me di vuelta sobre mis pies y fui a mi habitación.

Mientras me iba, sentí la voz de ella preguntar de fondo. —¿Ju? ¿En serio Marcos?

Puse los ojos en blanco.

¿Qué acababa de pasar?

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La sorpresa por la presencia de la exnovia de Marcos, aparentemente ahora novia otra vez, provocó confusión en Julieta.

¿Por qué Marcos no le había mencionado que había vuelto con su ex? ¿Había estado ocultando algo? Estas preguntas martillaban en su mente mientras se recostaba en la cama, tratando de procesar lo que acababa de suceder.

Mientras, en la sala de estar, Julieta miraba fijamente a Marcos, su ceño fruncido y sus ojos llenos de preocupación y enojo. No pudo evitar recordar aquellos momentos en los que Marcos le había hablado de Julieta, mencionando lo especial que era y cuánto le gustaba pasar tiempo con ella.

—Marcos. —Lo llamó de nuevo. —¿Qué está pasando? ¿Por qué está en tu casa?

Marcos suspiró profundamente, sintiendo la tensión en el aire. Sabía que no había manera de evitar la conversación que se le venía.

—Perdón, te lo iba a decir hoy. Ayer se enteró que su novio la estaba engañando hace meses y que su familia le mentía, necesitaba irse de donde estaba y le ofrecí venir acá. Quería ayudarla. —Respondió con sinceridad.