23.

1 0 0
                                    

Para gustos y disgustos del Skywalker mientras rayaba su libreta con absurdos apuntes aquel profesor quién no dejaba de acosarlo junto con sus compañeras chasqueaba sus dedos cerca de su rostro.
── ¿Otra vez en las nubes, cabeza de algodón?.-Claro que era aquel hombre quien sacaba de sus casillas al estudiante en cuestión de segundos, en esa industria las especulaciones no eran mentira ahí comían de todo. Ellos eran un bufet y la carne nueva era el festín para aquellos hombres mayores de edad. Acosaban tanto a mujeres como hombres pero ese día que le tocó representar a un paciente con esa bata que dejaba ver demasiado bien su cuerpo, alguien simplemente no deseaba pararse ya que en los vestidores las chicas robaron sus prendas, ¿quién decía que ellas eran tan puras y no acosaban?.── Levántate de esa silla y quiero que actúes como si fueras un paciente agonizando, como si te hubieran encajado un cuchillo en el estómago y desearás llamar la atención... andando arrastrate.-Dijo prepotente lanzando al menor al piso, menos mal y aquellas cintas ni se abrieron ni rompieron, aunque se había llevado un buen golpe al caer rodando por el piso. ── ¡Bien chicos!, recuerden que en las películas o series los pacientes no llevan prendas íntimas, entre más piel más atracción de los o las fans. Empieza.- Por más absurdo que fuera las chicas fueron las primera en sacar su celulares y grabar, cada una con diferentes prendas jugando un rol de algún hospital.

── No quiero revolcarme en el piso todo sucio.-Pronunció en cuanto su odiable maestro se sentó para tener una mayor vista teniendo las piernas abiertas en escuadra, Anakin tampoco fue tan estúpido le dio la espalda a la pared. Pero al ver aquella mirada profunda giró los ojos, lo que hacía solo por no estudiar matemáticas y compacer a su madre de verlo en pantalla grande.
Cuándo intento entrar al papel, se arrastro por el piso provocando sus ojos para llorar. ── ¡Ayuda!, ¡alguien... por favor!, un médico... ngh... necesito ayuda.-Esos gritos no convencían aquel profesor, sonaba tan simple como si deseara no interpretar su papel, no fuera otros papeles porque lo haría; sobretodo ese típico papel del chico rudo y galán, al parecer amaba esos papeles. "-¡No, no! ¿acaso eres un gusano pidiendo sólo ayuda?, muévete más, llora, respira... inhala aire como si se te fuera y el estómago te ardiera.-"Gitaba el hombre furioso al ver aquellos intentos tan absurdos aunque al final aquel chico entró en su papel y fue mejorando incluso pudo ver aquellas tentaciones que buscaba mientras fingía ver aquel chico actuar. No obstante su mirada fue peligrosa cuando dio una orden aquel de que gateara, o más cuando le dijo deslizate de tal forma casi como si acariciara el piso. Aquellas escenas fueron una imagen visual placentera. Pero cuando le dijo que gateara aquel hombre no se contuvo aún frente las cámaras estaba extasiado ante tanto jadeo, lloriqueo y posiciones extravagantes, cuando se acercó agilmente al chico abrazándolo por la espalda se frotó en su retaguardia sorprendiendo aquel. Claro que Anakin había sentido lo que toda chica siente alguna vez, ni su mano perdió el tiempo al acariciar la piel de su espalda baja acariciándo aquel inicio de esa franja, mientras la otra alzaba la mano del chico en una posición incoherente.
"── No, no estirate sin vergüenza, el set es grande.-" Dijo aquel hombre para distraer a sus alumnos. Aunque muchas chicas quedaron estupefactas al ver aquel varón como cambio radicalmente, ese brinco incómodo abriendo sus piernas en una acción involuntaria y esa mirada perturbada. La entendieron rápidamente hasta dejaron de grabar.

── No voy a seguir...-Dijo rápidamente él levantándose sin importar si aquella telilla se abría o no solo huyo del piso para tomar sus cosas, pero la clase no termino, aquel maestro agilmente paso a otra chica con ese estúpido sentido del humor, cuando su estudiante iba ha salir vio a su profesor lamiendo su anular. Que más daba si le habían escondido sus prendas por él se podían quedar todo aquello. Cuando salió de ese instituto muchas personas se le quedaron viendo pero entendieron que debía ser de actuación así que solo lo tomaron como otro ridículo más. Anakin ahora sí se sentía como un estúpido corriendo de un lado a otro por aquella ciudad para ir a su casa, tomando ciertos atajos y callejones pero cierto individuo lo detuvo, para danzar con él.
─── ¿Saliste de un manicomio o un hospital?.-Absurda pregunta pero Quinlan quería atraer la atención de aquel hombre. ── Oye si abortaste un hijo de Obi-Wan me encargaré de ser yo quién te meta una demanda.-Cada palabra iban siendo una gota más para que aquel hombre, quien lejos de ser bien recibido por su sentido del humor solo sirvió para que aquel soltará un puñetazo directo a su mejilla. ── ¿¡Qué mierda te pasa!?.-Grito el hombre regresandole aquel puñetazo, aunque cuando se lo regresó aquel tiro su mochila como aquellas de mensajeros al piso. Si algo sabía es que ese desquiciado no estaba jugando ni razonando, lo peor es que si Obi-Wan se enteraba seguramente lo reprederia. Aquella danza simpática que quería hacer se termino volviendo una estúpida riña, golpes tras golpes, unos más cargados que otro y otros inciertos repartidos por todo el cuerpo, aunque cuando tiro al piso al Skywalker aquel hombre dejo la resistencia para cubrirse, por un momento pensaba que aquel hombre como era homosexual se cubría como señorita pero en verdad estaba tan demente que andaba ¿así?, claro que esa tela enmarcaba como si no trajera nada, ni siquiera un taparrabos, Quinlan no sabía si reprenderlo, reírse en su cara o ayudarlo. Cuando Anakin enfureció al no ver que se quitaba le importó un bledo y adoptó la necesidad de empujar aquel rostro deseando patalear. Pero fue el propio Quinlan quien se quito a voluntad y extendió su mano aunque no la tomó, el indignado de Anakin estaba tanto ensangrentado como sucio que ahora sí parecía un paciente escapando del hospital. ── ¿Por qué huyes y no te compras ropa?.-Pregunto siguiéndole los pasos divertido, viendo como recogía aquella mochila y la desempolvaba para volver a caminar ya más tranquilo, como si sus golpes hubieran sido unas caricias con plumas, Quinlan sí que iba frotando su bello rostro ante tanto golpe brutal.

Condena. ObiKinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora