IV. - • I said jump on it•

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Abril, hablo en serio, no estaré en casa hoy. Iré a ver a mamá aprovechando que es viernes — dijo por quinta vez la rubia, tratando de convencer a la pelo negro de que no la siguiera hasta casa, pues supuestamente solo se cambiaría de ropa e iría donde su madre.

Creo que no era cierto, simplemente quería evitar que ambas chicas tuvieran que verse de nuevo. Ciertamente se agradaban, pero prefería mantenerlas lo más alejadas posible.

Y como si fuese obra del destino o lo hubiese invocado, en ese preciso momento recibió una llamada de su madre en su celular.

— ¿Lo ves?, está llamando, debe de estar preocupada — señaló con su índice la pantalla que sostenía frente a Abril.

— Bien, más te vale — dijo entrecerrando sus ojos, por último antes de darse la vuelta e ir al estacionamiento por su auto.

El celular dejó de sonar y Samantha regresó la llamada a su madre.

Mamá, ¿cómo estás? — preguntó sacando sus llaves de la mochila que llevaba colgando de un solo hombro.

Muy bien corazón, gracias por preguntar. ¿Cómo estás tú?

— Igual — respondió solamente — Vi que llamaste, ¿sucede algo?

Sí... puede que no te interese o no quieras saber nada al respecto, pero tu prima va a casarse, y te llamaba para invitarte a casa. Le haremos una cena especial y pensaba en hacer tu postre favorito.

— ¿Quién exactamente? — se vio obligada a preguntar debido a que su familia era un poco extensa.

Mientras se encaminaba a su auto, un silencio de parte de su madre reinó la llamada por unos largos segundos. Eso solo significaba una cosa.

Caprisoltó al fin

Otro silencio volvió a instalarse a través de la línea y subió al auto, intentado relajarse cuando reclinó su espalda en el asiento y cerró los ojos.

— Gracias mamá, pero creo que tendré que rechazarte esta vez. Lo siento, pero sabes que mi relación con ella no es la mejor y prefiero evitar hacerles pasar un mal rato — dijo con un poco de lástima al tener que declinar la proposición de su madre.

No te preocupes cariño, lo entiendo. Tenía que intentarlo, pero sabes que puedes venir cuando quieras. Ahora debo ir a comprar unas cuantas cosas al supermercado, hablamos luego ¿sí? — respondió cariñosamente, y luego de despedirse terminaron la llamada.

Samantha continuó recostada sobre el asiento, con sus ojos aún cerrados mientras masajeaba sus párpados. Sabía que no debía evitar esas reuniones importantes, pero era una situación que se le podría salir de las manos al encontrarse con Capri.

El problema gira en torno a su salida del armario, lo cual tuvo mucho que ver con Capri.

Un día, como ya era usual, Samantha había invitado a una "amiga" a casa, pero su madre no le informo de que su prima llegaría por la tarde a por unas prendas de ropa que había olvidado anteriormente. Así que, mientras la otra chica se encontraba encima del regazo de Samantha, dándose besos muy subidos de tono en el sofá de la sala, Capri había entrado sin siquiera llamar a la puerta, puesto que su tía le había entregado las llaves unas horas antes en caso de que Samantha no se encontrará en casa para abrirle.

Había estado a punto de deshacerse de la ropa de la otra chica, cuando un chillido alarmado las separó casi en automático, asustándolas tanto que sus corazones casi se salen por sus bocas.

•Rivari - 'Massages'•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora