15.

45.2K 6.6K 3.5K
                                    

–¿Te acuerdas de mí?

La emoción en la voz de Harry era espectacular. Se inclinó hacia adelante apretando la mano de Louis entre las suyas y sonriendo enormemente. Lo miro expectativo, feliz, esperanzado, su corazón latía a una velocidad para nada normal. Le dolían las mejillas por la sonrisa, pero no le importada. Louis se acordaba de él.

–Por supuesto –Louis contesto quitando su mano de entre de las de Harry.

Una mueca de decepción se formó en su rostro al sentir como Louis quitaba la mano de entre las de él. Sintió una sensación extraña. Miro al doctor, buscando respuesta.

–Dime, Louis –intervino–. ¿Quién es Harry?

El castaño miro al doctor como que si fuera una broma lo que estaba diciendo.

–Es él –lo señalo–. ¿Esta ciego?

–Sé que es él –le dio la razón–. Pero, dime, ¿Qué es para ti?

Louis se le quedo mirando.

–Es mi novio.

Solamente esa respuesta basto para que el corazón de Harry comenzara a latir desenfrenado, que la sonrisa volviera a su rostro y sintiera la sensación de alivio.

–¿Y si es tu novio... –el doctor se acercó hasta él, clavándole la mirada–... porque lo tratas así?

Las palabras se le quedaron atragantadas en la garganta. Quiso hablar pero no pudo, miro a Harry que aún mantenía la sonrisa, sus ojos verdes brillaban, se acordaba de esos ojos, un nudo se formó en su estómago, cerró los ojos tratándose de concentrarse, tenía ganas de llorar, lo que decía el doctor era verdad ¿Por qué lo trataba así? Tomo una bocanada de aire, y todo se esfumo. Abrió los ojos, sintiéndose tranquilo, endureciendo la forma de mirar.

–¿Cómo se supone que tengo que tratarlo? –cuestiono a la defensiva.

El doctor en todo momento tomo notas. Escribió algo más en el cuaderno y devolvió su mirada a Louis.

–Más cariñoso –respondió, pero más bien sonó como una pregunta.

–Cariñoso –repitió el castaño.

Saboreo la palabra, sintiendo una calidez en el pecho.

–No... no lo sé –tartamudeo.

–Bueno, te dejaremos descansar –tomo una última nota y se dirigió a Harry–. Vámonos, dejemos a Louis solo para que descanse.

El rizado aturdido y confuso, asintió. Siguió al hombre mayor hasta fuera, miro para todos lados y Jay estaba sentada donde anteriormente había estado él.

–Louis tiene confusión en su mente –el doctor abrió su cuaderno–. Quiero decir, estos primeros días va a andar mal humorado y muy serio y...

–Como cuando andaba en sus días –Harry lo corto.

El hombre lo miro con sus dos cejas alzadas.

–¿Puedes explicarte?

Harry suspiro.

–Antes de todo esto, había días en que él se comportaba muy de malhumor, amargado y todas esas cosas, pero solo duraba horas o minutos. Le pasaba muy poca veces, pero siempre se le quitaba el mismo día.

El doctor volvió a tomar nota y luego lo miro de nuevo.

–Eso explica su comportamiento. A parte qué, la terapia electroconvulsiva traía estos efectos secundarios, pero no son duraderos. De igual manera tengo muchas dudas, y necesito hacer algunas pruebas. Pero cuando sepa algo, les digo.

(...)

Tomo una bocanada de aire tratando de tranquilizarse, Jay se había ido debido a que había recibido una llamada del trabajo, pero prometió volver pronto.

Giro el pomo de la puerta entrando y consiguiéndose a Louis mirando el techo.

–Hola –susurro.

El castaño le dirigió la mirada. Harry se acero hasta él, sentándose en la silla.

–Tengo una sensación extraña aquí –el rizado presto atención a sus palabras, viendo cómo se señalaba la parte del corazón–. Es algo raro, no lo sé, como que si me faltara algo.

La habitación se consumió en un silencio extraño, cada uno en sus pensamientos.

–¿Podrías ayudarme?

Harry lo miro, levantando las cejas y asintiendo despacio.

–Claro –contesto algo inseguro.

Louis suspiro.

–¿Me darías un beso?

Trenzas {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora