La hermana de mi exnovio [En proceso]

36 - ¡Vivan las novias! I

¡Hola, corazones!

¿Cómo están? Espero que de maravilla y listas para el siguiente capítulo, que viene explosivo.

¡Un besote y feliz finde!

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¡Vivan las novias! I

LAURA

*Contenido exclusivo de la versión editada*

***

ANA

¿Asistir a la fiesta organizada por mi atontada ex y la manipuladora que nos separó para celebrar su compromiso a sabiendas de que me restregarán el vídeo de la declaración de amor en la cara una y otra vez? Sí. De hecho, pedí este fin de semana como vacaciones en el trabajo para divertirme gracias a dicha invitación. Mi mundo ya no gira en torno a la pequeña psicópata, y he accedido a esta humillación para demostrárselo, especialmente al abofetearla con el vínculo que su adorada Aiko y yo estamos forjando. No obstante, más le vale a Laura no ilusionarse con que la trataré como una niña mimada que se merece que le besen los pies después de enseñarme que nuestras vivencias no fueron especiales, sino un consuelo de los momentos románticos que le habría gustado vivir con Aiko.

Las dos psicopatillas nos recibieron a Víctor, a mis amigas del vóley y a mí en su casa pasado el mediodía. De no ser porque una es europea y la otra, asiática, habría afirmado que eran clones por lucir cada una un vestido blanco de estampado floral muy similar, el mismo corte de pelo con flequillo y exhibir su deslumbrante piel blanquecina. Incluso besé a ambas en la cara para confirmar que usaban el mismo perfume dulzón. Tuve una sensación extraña al arrimarme a ambas de esa manera, pero no le di importancia.

Enseguida me dispuse a echarles una mano a mis amistades para servir los aperitivos que habíamos traído en la mesa del salón como nos había indicado Aiko. Ella aprovechó la ocasión para mostrarles la casa a las curiosas como Dayana. Yo me contuve porque prefiero un tour privado y profundo en la próxima clase de defensa personal. Montones de patatillas de toda clase y sabor, empanadas como las horneadas por mí, refrescos y otra variedad de delicias japonesas que las anfitrionas habían preparado llenaron la mesa en cuestión de segundos. Igual de rápido, mis amigas se lanzaron sobre la comida y redujeron a migajas la primera ronda. Los recipientes vacíos no tardaron en amontonarse.

Las bromas y las charlas sin sentido nos acompañaron mientras comíamos. Como de costumbre, Dayana y Mary fueron las protagonistas del espectáculo, aunque Víctor estuvo a la altura de ellas por su afán de provocarlas. Por supuesto, el tema del vídeo de la declaración de amor no faltó en la mesa. Aiko disfrutaba describiendo hasta el detalle más insignificante de la sorpresa de Laura. Su mirada predominaba sobre mí cuando citaba las escenas que le habían parecido más emocionantes. Estuve a punto de interrumpirla para contarle que Laura me había llevado a ese sitio antes que a ella, pero me tragué mis palabras para no desatar un infierno.

Después de saciar el apetito, las loquillas propusieron realizar un torneo de baile con un juego de la consola y todas aceptamos el desafío. La competición nos arrancó un sinfín de carcajadas al resaltar cuán patosas son algunas de mis amigas. La descoordinación de los movimientos y las panzas repletas derivaron en tropezones y caídas ridículas. Víctor y Lena fueron los primeros eliminados, seguidos por Juana y Dayana. Flor y yo resistimos hasta el final, pero perdimos ante Aiko, aunque mi duelo con ella estuvo reñido. La pequeña psicópata, por supuesto, no tuvo rival y se hizo con la victoria absoluta, ya que siempre ha sido una especialista en este juego.

—¡Mi Moon es la mejor! —Aiko aumenta la producción de azúcar al apretujar y besuquear a Laura como premio.

—He quemado todo lo que he comido. Ya tengo hambre otra vez. —Flor regresa a la mesa.