Lujuria [Libro 1 & 2]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐎𝐜𝐡𝐨

𝙲𝚘𝚗𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 𝙰𝚍𝚞𝚕𝚝𝚘

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ᴅᴜʟᴄᴇ ꜱᴀʙᴏʀ ᴀ ᴍɪᴇʟ ɪ
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Baile de beneficencia, se supone que estos eventos son para caridad, un espacio al que asistes para donar y recaudar fondos para personas, o cosas que lo necesiten, sin embargo, aparte de eso, la mayoría de los presentes lo utilizaban como desfile para modelar su vestimenta más cara y hablar sobre sus lujosos viajes.

Era un código elegante, mientras más caro luciera tu vestido hecho de diseñador, o tu traje, más atención recibías, y era algo notable a simple vista; incluso, lucir diferente no te dejaba en una buena posición, y a pesar de ser una simple secretaria como yo, también tenías que ir en la línea, cosa que causo la visita de mi jefe hacia mi habitación a horas tempranas de la mañana.

Básicamente quería ver que vestiría para este evento, lo que termino con su desaprobación y con una visita a una de las tiendas más costosas y lujosas de la cuadra. Podría mentir y decir que me sentía incomoda ante aquella acción, pero ¿a qué mujer no le agradaba que la sacaran de su habitación para despilfarra dinero en prendas lujosas y vestidos de gala?

Así fue como acabe atrapada en un vestido blanco de brillo con escote recto que ajustaba hasta mi cintura y se extendía hasta mis pies, con una apertura pronunciada en mi pierna derecha que la dejaba totalmente descubierta, unas zapatillas altas de color blanco y de tirantes, aparte también llevaba collar y pendientes de diamantes transparentes... No voy a engañar a nadie, me sentía como una reina vistiendo un vestido valorado en más de mil quinientos dólares.

Obviamente le recalque que era demasiado, pero sus palabras fueron: Si tú te ves bien, yo me veo bien.

Pase mis manos por el vestido, acomodándolo.

— Cuando veas a Biel y a Montgomery indirectamente quiero le hagas referencia a nuestro acuerdo, solo quiero saber si aceptaran, hoy se cumple una semana ya.

— ¿Quiere que los convenza aquí?

— No, solo quiero que le preguntes indirectamente... ¿Estas bien?

Fruncí las cejas.

— ¿Disculpe?

— Llevas toda la noche tocándote ese vestido, da la impresión de que estas incomoda.

— Ah... Para nada, es la costumbre.

— Tus costumbres... Mantenlo en buen estado, planeo devolverlo mañana temprano.

Desvié la mirada fijándola en él, me limite a no decir nada, sin embargo, note una sonrisa divertida lucir en sus perfectos labios, incluso sus ojos emitieron un ligero brillo.