20. negación y distancia

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jodaaa, acá les dejo otro.

disfrútenlo mucho.

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No sabía qué decir, no sabía que pensar, no sabía qué hacer.

Todos y cada uno de mis pensamientos se dirigían a ella.

A Julieta.

El problema es que ninguno de ellos se trataba de la Julieta que debería tratarse, mi novia, sino de mi amiga.

Desde que se había ido no había dejado de pensar en ella. ¿Por qué se había ido? ¿Estaba bien?

Sabía que había algo más en ella además del cansancio. La conocía, sabía que algo le había molestado y la había hecho sentir incómoda.

Sabía y había notado, que mamá no había sido la mejor con ella. Pero, además, no podía dejar de pensar en Bauti y en ella juntos.

Me había encerrado en el baño intentando refugiarme y aclarar mis pensamientos luego de que se había ido.

Me sentía fatal. Tenía un nudo en el estómago y honestamente, no sabía cómo lidiar con eso.

Mi mente estaba en un constante bucle. Los celos y las dudas me estaban consumiendo, y no quería admitirlo. No quería admitir que me preocupaba más de lo que debería por la relación entre Julieta y Bauti, que estos celos y dudas estuvieran relacionados con la posibilidad de que haya más que una simple amistad, pero no había podido evitar ciertos gestos, miradas y complicidades entre ellos

Y eso me estaba carcomiendo por dentro.

No quería admitir que tal vez, solo tal vez, mis sentimientos por ella no se habían ido del todo.

No quería admitirlo ni siquiera para mí mismo, porque eso implicaría enfrentar la posibilidad de que mis sentimientos por Julieta no se habían ido del todo, a pesar de tener una novia a quien amaba.

Me sentía culpable por pensar en otra persona de esta manera, especialmente cuando la persona que tenía al lado merecía todo mi amor y lealtad hacia ella.

Me había esforzado por alejar esos pensamientos y sentimientos, pero cada vez que veía a Julieta o escuchaba su nombre, mi mente volvía a caer en el mismo espiral de confusión y nervios.

No sabía qué hacer con todo lo que estaba sintiendo.

Necesitaba hablar con alguien, buscar consejo o simplemente entender lo que estaba pasando en mi cabeza y en mi corazón. Mi relación con mi novia merecía toda mi atención, y mis sentimientos por Julieta debían ser aclarados de alguna manera.

A pesar de que mi cabeza era un continuo maquineo, me lavé la cara y salí del baño dispuesto a dejar de pensar en eso.

Tal parece que mi cerebro había decidido no ponerse de acuerdo conmigo. Honestamente, no había conseguido despegarme de mis pensamientos y no estaba soportando no saber que estaba haciendo ella después de irse con él.

No me quedé mucho tiempo más en casa de mis padres. Solo había pasado una hora cuando me despedí de ellos diciendo que me sentía mal.

La verdad es que de igual modo, no mentía.

Julieta, mi novia, había tomado la decisión de salir conmigo, así que la llegué a su casa de pasada.

El camino fue una eternidad bajo el concepto de incomodidad en su máxima expresión.

Sabía que ella se estaba preocupando por mí, pero no es como si pudiera ser totalmente sincero con ella, cuando ni siquiera lo era conmigo mismo. Sea de la manera que sea. Una vez que llegamos a su casa y la dejé allí, me aseguré dejarle claro que estaba bien , ella solo hizo una mueca y se estiró a besarme.

daylight; marculi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora