Capítulo 15

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Camila's POV

No podía moverme mucho, así que eso dificultaba la situación un poco más. Iba en silla de ruedas, no porque no pudiese andar o algo así, sino porque si lo hacía corría el riesgo de desangrarme. Así que, no rechisté cuando Lauren me llevó al jet. Tampoco cuando estaba recibiendo todas sus atenciones y más, porque nunca me había sentido así.

No era una persona que solía quejarse de lo que le duele o no, así que tampoco me quejaba del dolor general que sentía.

-¿En serio? ¿En serio me estás llamando por esto? –Decía Lauren caminando de un lado a otro en el jet, pasándose una mano por el pelo. –No, escucha, no. Llámame si se están quemando los cincuenta hoteles que tenemos en el estado de Florida, por ejemplo. ¿Me estás llamando para preguntarme si quiero servilletas blancas o rojas? ¿Me estás jodiendo? ¿Para qué contrato yo a gente y a un grupo creativo de decoración? Dímelo, porque yo sinceramente no lo entiendo.

Era divertido ver a Lauren enfadada con los empleados, no era cruel, sólo me gustaba cuando la ponían de los nervios y la situación se ponía graciosa.

Cogí la taza que tenía delante y le di un pequeño sorbo, degustando el té con limón que una de las azafatas me había puesto después de que Lauren le preguntase unas tres veces si el té estaba lo suficientemente caliente para mí.

Cuando llegamos a Los Ángeles, no podía andar mucho sola. Me agarré al cuello de Lauren que me sujetaba por la cintura hasta meterme en el coche con cuidado, y de ahí partimos hacia casa. Sofi y Taylor se habían encargado de llevar mis efectos personales a casa de Lauren el día anterior, así que, sólo faltaba colocar mi ropa en el armario de Lauren y todo estaría listo.

Me senté en la silla al salir del coche y Lauren cruzó el jardín, caminando hasta la puerta. Sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Se puso detrás de la silla de nuevo y entramos en casa, instantáneamente sobresaltándome, porque las luces se encendieron y había un montón de gente allí, gritando sorpresa. Mi corazón no estaba para aquellos sustos en esos momentos, pero tras el impacto inicial, comencé a sollozar levemente, porque estaban allí básicamente las personas que quería.

Ally, su marido Troy y su hijo Josh, Dinah y su novio, mi hermana Sofi, Taylor con la pequeña Hayley entre sus brazos que ya quería saltar para ir con su tía, e incluso Normani y su marido, que no lo conocía pero, suponía que estaba allí para acompañarla.

Sollocé un poco riendo, limpiándome las lágrimas con el pulgar, mientras sentía la mano de Lauren acariciar mi hombro suavemente.

-Esto no es una celebración. –Dijo Normani, negando.

-Cuando tú estabas.. Bueno, cuando no estabas, Lauren me contó cómo la habías ayudado. Y hablé con Normani y... Has hecho cosas por gente que ni siquiera conocías, y nunca has puesto mala cara ante nadie.

-Tengo que darte las gracias por todo lo del bebé, y que no me cobrases las ecografías ni las consultas. Pero hay una cosa que siempre recordaré, y es que antes de saber que estaba embarazada, te traté muy mal. Te hablé fatal, y tú simplemente me miraste con una sonrisa y me dijiste que mantuviese el brazo doblado porque iba a salirme un moratón.

-Yo no sé cuántas veces Camila me ha cubierto el turno, y no es fácil trabajar con niños. –Comentó Ally riendo, encogiéndose de hombros. -¡Josh! –Cogió al pequeño en brazos, frunciendo el ceño y comenzamos a reírnos todos, aunque yo llevaba ya un rato llorando.

-Lauren me contó que calmaste a Hayley cuando os la dejé, porque la inepta de mi hermana no sabe cómo hacer que una niña deje de LLORAR. –Miró por último a Lauren con los ojos abiertos.

room 72; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora