Doce

176K 24.4K 955
                                    

No tenía motivo alguno para molestarme, pero no entendía cómo podías hacer lo que hacías. Te admiraba, lo hacía, también me desesperaba que tuvieras un mundo pintado de rosa y el mío no fuera claro.

Así que te sentaste en la silla contigua, dibujaste, apretaste la mano de la misma chica y comiste gelatina verde. Te escuché llamarme con un sonidito, te ignoré.

Te ignoré cada vez que lo hiciste, a pesar de que moría por ver tus ojos para olvidar que el cáncer dolía.

El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora