La Habitación Oscura [+18] (TERMINADO)

7. ¿Ángel o demonio?

Asher

Estoy furioso. La inoportuna llamada de Duncan había sonado justo cuando estaba a punto de tomar a Luken, de poseerlo completamente. Haber estado tan cerca de cumplir mi cometido, solo para ser arrebatado en el último segundo, me genera una rabia profunda y corrosiva. Estoy de muy mal humor, de un humor de perros para ser exactos.

Me reprimo para no descargar mi frustración de inmediato, pero sé que estoy al borde de estallar. Y lo que es peor, saber que Luken será más cauto a partir de ahora, más reticente, más difícil de atrapar, me enfada aún más.

«Maldita sea», aprieto los dientes. «Todo estaba perfectamente planeado, y ahora...», un volcán está a punto de hacer erupción dentro de mí.

Mientras me dirijo al encuentro con Duncan, intento calmarme, pero cada vez que mi mirada se pierde en la lejanía, el rostro de Luken se materializa en mi cabeza, y la tentación se arremolina en mi estómago como un fuego interno ardiente. La furia me consume. «No puedo dejarlo así», me digo a mí mismo. «No después de todo lo que él ha hecho. No puedo permitirle que salga impune».

La frustración se enciende dentro de mí. Me pregunto si debería confrontar a Luken de una vez, hacerle entender que todas sus acciones nos han llevado al punto en el que nos encontramos. Pero sé que él ahora tendrá protección, y no será tan fácil volver a acercarse, mucho menos estar a solas. Esa certeza solo alimenta mi mal humor.

Haber dejado a Luken sin su coche me hace sonreír. Es un pequeño acto de venganza por su resistencia, una manera de demostrarle que está en desventaja, y de paso, una excusa para acercarme de nuevo a él. Cada pequeño inconveniente que pueda causarle me hace sentir una especia de placer retorcido. Pero estoy seguro de que alguno de sus "amigos" de la organización se hará cargo de él. Ellos siempre encuentran una forma de resolver las cosas.

Me concentro en la carretera, pero mi mente sigue regresando a Luken una y otra vez. La forma en que se veía antes, su necesidad... todo eso alimenta mi deseo. Sé que lo que tengo que hacer, mi objetivo, es más importante que nada, pero no puedo dejar de pensar en cómo voy a manejar la situación a partir de ahora.

Aparco delante de la casa, que se alza solitaria y envuelta en una atmósfera de abandono, y salgo del coche, respirando hondo para calmarme, aunque sin mucho éxito. Necesito estar en mi mejor estado mental para lo que se viene; si ella nota debilidad en alguna de mis palabras, podría usarlo en mi contra más adelante.

Encontrar este lugar me llevó mucho tiempo y esfuerzo. Pero su ubicación aislada es ideal para lo que tengo en mente. Sin embargo, mi plan casi se desmorona cuando intenté eliminar el registro de la casa en la oficina de archivos. Luken estropeó mis planes en el peor momento posible, y para complicar aún más las cosas, resultó que él mismo había organizado mi encuentro con Ginna, una astuta trampa que me llevó a tener un encuentro que no había planeado.

Creo que Luken no habría planificado todo eso sin un objetivo claro en mente. Estoy seguro de que era un plan meticulosamente orquestado para sacarme información, o simplemente una acción carente de coherencia. Fuera como fuese, no sería la primera vez que el jefe intenta hacer algo así y utiliza a uno de sus peones para obtener lo que quiere sin ensuciarse las manos. Sin embargo, conozco demasiado bien sus debilidades. He aprendido a identificar sus movimientos y sus tácticas disfrazadas de casualidad, porque sus movimientos son demasiado predecibles y las casualidades no existen.

Respiro hondo y trato de tranquilizarme mientras entro en la casa. No he hablado con ella en las últimas semanas, pero sé que tengo que lidiar con esta situación con mucho cuidado. No puedo permitirme actuar precipitadamente y arrepentirme después. Necesito mantenerla con vida; su papel es crucial para que mi plan funcione. La venganza es lo único que me mantiene en pie, la única razón por la que he caído en la desesperación.