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Capitulo 10

Eros y Barbara habían pasado al antiguo departamento de ella para buscar sus pertenencias, no eran muchas, solo ropa, algo de maquillaje, unos tres pares de sandalias de tacones.

Eros estaba impresionado, ¿Cómo una mujer podía estar con tan pocas cosas? Es que el había conocido a muchas mujeres que tenías mucho maquillaje, zapatos, ropas, accesorios y a ella solo le había visto un par de pendientes y una pulsera.

-¿Esto es todo lo que tienes?

-Si, yo... No he podido comprar muchas cosas para mí desde que me mudé con Kevin y Alejandra. - dijo un poco triste.- pero está bien, tampoco es como que saliera mucho, trabajaba de noche y dormía casi todo el día, así que no tenía tiempo para mucho.

-Eres única, de verdad. - la abrazo y beso.- quiero saber más de ti, quiero conocerte.

-Lo mismo digo señor Adams, quiero conocerte, saber todo de ti. Que hayamos hecho las cosas al revés no quiere decir que no podamos conocernos ahora.

-¿Al revés?- preguntó sacando la maleta mientras Barbara cerraba la puerta con llave después de haber dejado una nota pegada a la nevera diciéndole a su amiga que se había ido con Eros y que la llamara.

- Si, nos casamos, nos acostamos, y ahora vamos a vivir juntos.

- Tampoco fue tan al revés, solo... no fue de la forma tradicional, porque si te pones a detallar todo. Si está en orden.

-A ver explícate.

Eros abrió la puerta del carro para que ella entrara luego guardo la maleta en el asiento trasero para después tomar asiento junto a ella y emprender rumbo a su casa.

- Bien, si nos conocimos, de vista claro, pero nos conocimos a fin de cuentas, luego nos casamos, admito que tú no lo sabías y me arrepiento de haber echo eso así de impulsivo. - suspiro y la observó un momento para luego acariciar su muslo ella le sonrió y coloco una des sus manos sobre las de él- luego tuvimos nuestra noche de bodas, en un lugar muy peculiar y ahora vamos a vivir juntos. Lo de conocernos bueno hay parejas que tienen años de casados y aún no se terminan de conocer.

-Bueno, viendolo así, tienes razón. - Barbara se acurrucó en el asiento, sentía un poco de sueño.

-¿Tienes sueño? ¿Te sientes bien?

-Si, tengo un poco de sueño, creo que las escaleras me cansaron un poco.

-Esta bien, descansa, llegaremos dentro de poco.

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-Bienvenida a casa.

-Wow, es... Preciosa.- Barbara estaba impresionada, era bellísima y espaciosa.

-Gracias, como vez, es de soltero, pero pronto tendremos la nuestra, quiero que escojas la casa de tus sueños, yo la haré realidad. Así que por lo pronto ponte cómoda, estás en tu casa.

Eros llevo la maleta a la habitación mientras Barbara estaba en la sala, decidió sentarse.

-Que comodo- dijo cuando se acostó en el sofá, se quitó los tacones y los dejo regados en el piso.- es más cómodo que mi cama- agarro un cojín y lo abrazo mientras volvía a quedarse dormida.

Eros había sacado las pocas cosas de ella y las había organizado en el lado izquierdo del closet, había dispuesto que todo lo de ella estuviera a la izquierda.

Tenía que comprarle ropa, zapatos, teléfono, todo, cada día le encantaba más esa mujer, no era materialista y eso le gustaba mucho.

Se sentía como niño con juguete nuevo, bueno, en su caso, con una Barbie nueva.

Salió a buscarla para mostrarle la casa y la vio dormida en uno de los sofás se veía realmente hermosa, toda una diosa, con una pierna elevada abrazando un cojín mostrando todo su muslo.

La dejaría descansar, por lo pronto pensaría como hacer con su tratamiento, no podía dejar pasar un día más sin hacer nada.

Fue a su despacho, y concreto una cita con uno de los mejores cardiólogos de la ciudad, estaba desidido a hacer todo por su esposa y no le importaba cuánto gastará en ella, sabía valdría la pena.

...

-Buenas noches dormilona. ¿Cómo te sientes?

-Un poco cansada. - dijo bostezando, realmente tenía mucho sueño y el cuerpo decaído.

- recuerda que el doctor dijo que ibas a empezar a sentir más Cansancio.

- Si, ¿Que hay de comer?.

- Emmm... Nada- dijo rascándose la nuca un tanto apenado.- yo no cocino, todo lo pido a domicilio o como en algún restaurante de la ciudad.

- Dios, no lo puedo creer, ¿Con quién me case? Primero no le gusta el café.

-Gustaba, o bueno, solo me gusta el que preparaste tú. - le sonrió cálidamente, es que realmente le gustaba el café que ella le hiso, estaba bien bueno.

-Bueno eso ya es un avance, vamos bien, vamos bien.

Se levantó y él la guío a la cocina y en el camino le mostró otras áreas de la casa.

-pero vamos a tener que salir a comprar lo que necesites porque como ves no hay nada más que frutas.

-ya veo. Bien, déjame me ducho y salimos.- Dijo agarrando una manzana y dándole un mordisco.

- mejor nos duchamos juntos para ahorrar tiempo y agua.

No perdió tiempo y se fue tras ella a ducharse.

Estaban de lo más concentrados follando como conejos en la duchas hasta que Barbara se mareo y toda esa euforia del momento se fue por el desagüe, Eros estaba realmente preocupado.

¿Cómo se le ocurría follarla de esa manera? Pero es que al verla desnuda, con esa piel tan suave, y sin una marca en su cuerpo, era algo difícil de ignorar.

Salieron con cuidado, y la ayudo a secar su cabello y su cuerpo.

-Estoy bien, tranquilo solo fue un leve mareo, eso a de ser porque no e comido bien en todo el día.

-no has comido nada para ser exactos, que mal esposo soy, rayos.

Quería cachetearse por no haber estado más pendiente de ella, desde que salieron del hospital no habían conido nada ya que ella se había dormido y el se interno en su despacho.

- Vamos a resolver eso de una buena vez. Vamos a comer afuera y luego hacemos las comprar para la casa.

- está bien.

Barbara abrió la puerta del closet y quedó asombrada con lo que vió, el tenía más ropa de la que ella pudo haber tenido en toda su vida. La suya estaba del lado izquierdo y no ocupaba ni la cuarta parte.

-Necesitas ropa, compraremos eso también no te preocupes, no va a faltarte nada. -le dijo dándole un beso en la cabeza cuando la rodeo de la cintura.

Ella suspiro - no hace falta la que tengo es suficiente para mi, tampoco es como si saliera mucho.

Se coloco una braga y brasier de encaje azul, Tomo un short y vio la ropa de el se coloco una camisa suya color azul cielo, le tapaba el short pero no le importaba realmente le gustaba como se veía su camisa en su cuerpo.

-wow. Se te ve bien mi camisa. Pero andando te me desmayarás del hambre en serio.

...

La Rubia Del Ceo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora