¡Hola, amores!
La fiesta de Halloween continúa y el alcohol empieza a hacer de las suyas...
¡Feliz finde!
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Halloween IV
ANA
Las luces brillan más de lo normal dentro de la mansión, parecen estrellas que han descendido del cielo para iluminarnos la noche. Igual de radiantes siento mis ánimos. He recuperado mi esplendor de tal manera que conquisto la pista de baile levantando los brazos, meneando las caderas y deslumbrando a todos los que me contemplan con una amplia sonrisa.
Como todo un espíritu libre, me restriego en un chico, le permito que me acaricie el vientre, y rompo el vínculo con él para atrapar a una chica por la cintura y frotarme con ella. Nuestros movimientos sugerentes describen la alta complicidad que surge entre nosotras casi al instante, la suficiente para que le robe un beso y nos sonriamos con agrado. Cuando entrelaza las manos por detrás de mi nuca y se aferra más a mí, la pincho en el abdomen con el tridente para quebrar nuestra unión y me despido lanzándole otro beso.
Las dos almas fiesteras que dejo atrás no son las únicas que se quedan sedientas de mi vitalidad. Más chicas y chicos sucumben ante mis encantos de súcubo mientras recorro media pista de baile. Muchos me prueban, pero nadie podrá tenerme. Sin ataduras. Sin compromisos que me impidan volar bien alto. Esta soy yo, el fénix que arrasa con sus llamas allá por donde bate sus alas.
Tras un sensual giro, aparezco frente a las loquillas, que continúan con su bailoteo infantil a pesar de observarme con ojos de bebé espantado.
—¡Finalmente os animasteis a bailar como Dios manda! —Hasta donde me alcanza la vista, veo que los demás del grupo también danzan en las inmediaciones.
—Como dirías tú, para eso hemos venido, ¿no? —me responde la pequeña psicópata.
—Aunque nos llevas varios kilómetros de ventaja en cuanto a diversión se refiere —agrega la sensei.
—¡Pues claro! Mientras jugabais a ser momias polvorientas, yo provocaba un terremoto en la pista. —Les guiño un ojo y les sonrío a modo de burla.
—Te hemos visto —remarca Aiko, alzando las cejas como si quisiera decirme algo que no logro descifrar—. Nada se te resiste, reina del baile.
—Yo no diría lo mismo —le digo con cierta insinuación en la cara de Laura, que me mira como una completa ingenua—. Os falta gracia. Laura, ¿me perdonas por lo de la bebida y bailamos... las tres?
—Eh... —La pequeña psicópata sufre un cortocircuito, que soluciona tras intercambiar varias miradas con Aiko y conmigo—. Si no vuelves a comportarte como una idiota incivilizada, sí. ¿Me das tu palabra? Espera, ¿te queda palabra?
—¡Ja, ja! Las palabras se las lleva el viento. —Seguro que deduces lo que te quiero decir, pequeña psicópata—. Los actos son los que hablan. Tendrás que asumir el riesgo.
—Da igual, Moon. De todas formas, ya estamos bailando juntas. —Cuando la reina de la colmena interviene, Laura cede como un peón sumiso y obediente.
—¡Soltaos un poco más! Parecéis unas niñas que nunca han salido de casa y sé que sabéis mover algo más que la cabeza.
Sacudiendo los hombros, me ubico entre ellas y las animo para que imiten mis desinhibidas y atrevidas figuras de baile. No tardo en lograr que ambas se rían como niñas inocentes al arquear el tronco y empinar el trasero. Incluso las convenzo para que bajen hasta el suelo y suban alzando las nalgas con sensualidad. Especialmente Aiko se carcajea cuando realiza tales movimientos capaces de seducir y escandalizar a cualquiera, movimientos que, por lo que intuyo, ella no está acostumbrada a realizar en público. Laura reaccionaba de la misma manera cuando le enseñaba pasos similares.
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La hermana de mi exnovio [En proceso]
Teen FictionLa experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió en pesadilla cuando ELLA apareció... *©2021 Luis E. Bermúdez* *Todos los derechos reservados* *No au...