10. Pociones

3.8K 414 13
                                    

El silencio reinaba en la nueva Manor Potter-Black, únicamente interrumpido en ocasiones por el llanto del pequeño Lupin, quien era inmediatamente atendido por Kreacher.

Así fue toda una semana.

Durante ese tiempo, George y Hermione siguieron con la nueva rutina: despertar, ir al instituto, evadir a los Cullen-Hale, regresar a casa e intentar hablar con Heaven.

Lo último siempre era imposible.

La azabache se pasaba día y noche encerrada en su habitación, solo aceptando la compañía de su padre durante las noches; Kreacher era el encargado de llevarle la comida, pero esta siempre regresaba intacta.

Regulus estaba en el cuarto de pociones, preparando una poción para dormir sin soñar, cuando la puerta fue abierta de forma abrupta.

–¿Cuándo saldrá? –George le preguntó.

–No queremos ser groseros o faltarle al respeto, señor Black... –Regulus interrumpió a la castaña.

–No quieren hacerlo, ¿y aún así vienen y se presentan de esta manera?

–Estamos preocupados.

–Y yo estoy ocupado.

–¡Ella no puede seguir así! –George alzó la voz.

–Está todo controlado, chicos...

–Disculpe, señor Black, pero no lo parece –Hermione se adelantó antes de que el antiguo pelirrojo se exaltara más–. No ha salido en una semana, se niega a comer al menos un poco y lo único que escuchamos de ella son gritos por las noches.

–Por eso preparo la poción, Granger.

–¡No es una solución! Ella seguirá igual, ¡ni siquiera ha visto al lobito en estos días! ¡Necesita ayuda! –George gritó esta vez.

Un llanto se hizo presente en la segunda planta -donde Teddy se quedaba temporalmente-. Salieron para ir a calmar al pequeño, pero se quedaron estáticos en el marco de la puerta.

Heaven sacaba a Teddy de su cuna, una sonrisa en el rostro de la joven mientras le hablaba con voz dulce.

–Aquí estoy, pequeño –lo acomodó entre sus brazos–. Shh, tranquilo lobito, ¿esas gritonas personas te despertaron de tu sueño?

Poco a poco el bebé se fue calmando, Heaven lo arrullaba con tanta delicadeza, como si fuera a romperse en cualquier momento. Teddy estaba encantado con la atención que recibía de la azabache.

–Espérenme en la sala principal –fue todo lo que dijo, para seguir dándole atención al pequeño.

Los tres hicieron lo que dijo. El Black se sentó en un sofá individual, mientras los dos jóvenes compartieron el mismo, y esperaron unos minutos hasta que estuvo con ellos.

Heaven se sentó, quedando frente a ellos. Jugaba con sus dedos y evitaba verlos a la cara. Dando una profunda respiración, miró a cada uno, tomando valor para hablar.

–Lo siento –fue lo primero que salió de su boca–. No debí comportarme de esa manera. Fue egoísta de mi parte y no volverá a suceder.

–Está bien, Mine. No hiciste nada malo –George fue el primero en hablar.

–Tiene razón, Heaven. Solo estábamos preocupados por tu salud.

–No tienen que ser considerados conmigo, no cuando yo no lo he sido con ustedes.

–Hija...

–No, basta, déjenme hablar. Ha pasado poco tiempo desde... la batalla, y todos perdimos a alguien. George, perdiste a tu gemelo y no te veo encerrado sin querer hablar con nadie, o privándote de comida; Hermione, tus padres están en algún lugar del mundo, sin recuerdos de ti, su hija, y no te veo lamentándote todo el tiempo.

Skyfall | Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora