One-Shot shadowpeach

Mejor tarde que nunca

Ambos monos se despertaron como cada mañana, abrazándose.

Macaque reposaba su cabeza sobre el pecho de Wukong, escuchando los dulces latidos que provenían de este, obteniendo una gran paz y comodidad que no lo dejaban querer levantarse.

-Mango... tengo que alistarme. - dijo Wukong calmadamente, mientras acariciaba el cabello de Macaque.

-Vamos.. es año nuevo, cinco minutos más. - susurró el mono de pelaje oscuro, ocultando su cabeza en el pecho del contrario.

En serio... no puedes quedarte, ¿aunque sea hoy? -preguntó triste, levantando su cabeza para ver al rey, tomó uno de los mechones del otro y empezó a jugar con este. -estoy cansado... quédate sunshine... -suplicó

el mono dorado miró con ternura a su pareja, tomó delicadamente la mano contraria y la colocó en su mejilla, luego se giró para besarla-me gustaría moonligh, pero sabes que tengo que ir con mi maestro-se levantó poco a poco y se alistó para salir.

Macaque se quedó un par de minutos en la cama antes de levantarse, mientras Wukong se cambiaba, empezó a preparar algo para que su pareja llevara a su entrenamiento.

-Toma esto. -extendió una mochila. -
Adentro hay duraznos y nueces, sobre todo almendras, ya que son tus favoritas.

El rey mono tomó la mochila y le dió un beso a Macaque, agradeciendole por el dulce gesto

-Gracias Moony, prometo llegar lo más pronto que pueda. -sonrió y se colocó la mochila en la espalda, listo para irse

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Nos vemos Moonligh!- se despidió alzando su mano ya a la distancia.
Su cara tenía una gran sonrisa plasmada, estaba emocionado por ir a entrenar con su maestro, y también porque al regresar pasaría la tarde con su amada pareja para luego ver los fuegos artificiales y así celebrar año nuevo como acostumbraban.

Macaque le devolvió el gesto desde la puerta de la casa, con una leve sonrisa en su rostro.

Wukong se dió la vuelta y se fue felizmente mientras daba saltos hasta que salió de Flower Fruit Montain, de ahí salió volando en su nube voladora.

Macaque se quedó en la puerta de la casa observando por dónde se fue Wukong, tal vez con la esperanza de que regresara.

Ese iba a ser el primer año nuevo que no pasaría todo el día con su pareja, no ordenarían su lugar especial juntos, no tomarían receso cada cinco minutos porque Wukong no quería seguir arreglando, no regañaría a Wukong por querer hacer comida de pelos antes que cocinar, ya no podrá enojarse con el mono dorado y esperar a que está lo mime hasta que lo perdone

Amaba a Wukong, demasiado, pero odiaba que todos los días se fuera desde temprano y regresara hasta altas horas de la noche, más no tenía el corazón para decirle que eso le molestaba.

Sabía que si hacía eso solo lograría darle un gran dilema al mono, porque si, Macaque dudaba demasiado sobre su importancia en la vida de Wukong desde que llegó el monje.

Antes, Wukong solo se la pasaba alagandolo o jugando con él, ahora, solo hablaba de ese monje y lo que hacían en sus entrenamientos.

No le molestaba, sabía que el mono dorado tenía derecho de hablar de su
'adorado maestro' pero, dolía tanto.

Dolía pensar que si Wukong tendría que escoger entre el monje y él

Escogería al monje

Se giró y dió un suspiro, miró a uno de los monos que estaba a su lado y le habló

-Bueno! es hora de preparar las cosas. -se puso en marcha para hacer todos los preparativos de ese día.

Estuvo arreglando toda la tarde junto con los monitos aquel horizonte donde verían los fuegos artificiales.