Capitulo tres.

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Jaemin tuvo que hacer juegos de malabares entrevistando a siete participantes en una semana. Todos tenían diferentes personalidades; todos habían cometido diferentes delitos. Mackie, y su atención de perro, fue un alivio bienvenido para algunos de los demás. Harris le recordó a Jaemin a su gato. No dio nada de sí mismo, rodeó los puntos principales, consiguió que Jaemin siguiera la conversación, y luego justo al final, cuando Jaemin estaba a punto de rendirse, sonrió y le dio a Jaemin la respuesta que esperaba, sin rodeos, y directo al grano. Al final de su tiempo, fue Jaemin quien agradeció a Harris una y otra vez por cooperar.

Harris sonrió y agachó la cabeza.

─De nada.

Jaemin necesitaba a Harris en el estudio. Ya había sido evaluado por otro psicólogo años antes y tenía una alta calificación en los criterios de Jaemin. Las entrevistas funcionaron a través de una lista de verificación de rasgos de personalidad. Cualquiera que obtuviera más de treinta puntos era un participante ideal, y Harris había recibido las mejores calificaciones en cuarenta años. Era una rareza, un patrón de oro.

Jeno nunca había sido evaluado, pero Jaemin predijo que también estaba en línea para el estándar de oro. Él era ideal, otro anotador perfecto, si Jaemin pudiera tenerlo bajo control.

⚠️⚠️⚠️

Jeno esperó en la oficina, con una sonrisa petulante en su lugar y las piernas abiertas. Jaemin entró en la habitación con toda la confianza quepudo reunir y puso sus papeles sobre la mesa.

─La semana pasada, inapropiado.

─Estoy empezando a pensar que esa es tu palabra favorita.

Jaemin mantuvo el pulgar y el índice separados un centímetro.

─Estoy tan cerca de echarte del estudio.

La sonrisa de suficiencia de Jeno se retrajo, y él parpadeó.

─Dime por qué te quitaste la camiseta y no digas que tenías calor.

─Te diré por qué si me prometes no echarme del estudio.

─Bien.

Jeno suspiró y se dio la vuelta.

─Quería una respuesta.

─¿Una respuesta? No hiciste una pregunta.

─No necesitaba preguntarlo con palabras.

Jaemin frotó círculos en sus sienes.

─No entiendo.

─Quería saber si me encontraste atractivo. Quería saber si eras gay.

─¿Qué?

─Te asusté muchísimo, puedo decirlo, pero quería ver si debajo de eso, complacía tus ojos y tu reacción me dijo más de lo que tus negaciones podrían haberlo hecho. Soy lo que no sabías que querías en un hombre. Musculoso, caliente.

La boca de Jaemin se abrió, y las negaciones que iban desde susurros de incredulidad a gritos furiosos se formaron en su cabeza, pero no dijo nada.

─Estoy aquí para un estudio. Si soy gay, o si te encuentro atractivo, es completamente irrelevante.

─¿No vas a negarlo entonces?

─¿Hay algún sentido?

Jeno sonrió, mostrando sus dientes.

─No, no hay. Puedes hacerme las siguientes preguntas ahora...

Jaemin se echó hacia atrás sobre sus talones, luego se sentó en su silla. Arregló sus papeles y se aclaró la garganta.

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