Trabajos pendientes

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Al Sam, llegar casi a mediados de año debía ponerse al corriente en todo lo que sus compañeros habían hecho en el trimestre. Pero había un pequeño problema, contaba con roomies algo procrastinadores por lo que sus apuntes no estaban del todo completos.

— ¿Qué libretas tienes completas? -preguntó el castaño de piel clara al menor del cuarto-.

— ah... ¿biología?

— esa es de primer año.

— mira Sam, aquí no vas a encontrar nada completo, te sugiero visites a las chicas, ellas tienen los apuntes resumidos, y una letra legible. -contestó Trevor acostado en su cama mientras veía su celular-.

— no quiero pedir favores, Trev.

— las chicas son nuestra fuente de comida, si puedes pedir comida, puedes pedir apuntes.

— ¿Dónde esta Leon? -cuestiono Sam, esperando que el al menos tuviera algunos apuntes, en serio no quería dar molestias a nadie-.

— fue a practicar salto con los caballos -respondió Trev aún derretido en su cama-. y a buscar pistas o alguna mierda por el estilo

— esta bien. 

Resignado, Sam caminó hacia la puerta y al pasillo. El castaño quería evitar dar molestias a sus compañeros, no quería ser "pedinche", como su hermana decía que era desde que se mudaron a la casa de Watson pero ¿era tan malo disfrutar de las cosas nuevas que ahora podían tener? 

Después de unos golpecitos en la puerta, Melisa salió del cuarto, ya no usaba su uniforme aunque Sam no mentiría, Mel, era una de esas personas a la que los uniformes se le ven bien, muy bien; la chica de pelo revuelto traía puestos unos cargo deslavados, una camiseta vieja y una sudadera.

— está un poco sucio, pase prof- -Melisa no se había percatado aún en que era Sam quien la buscaba-. Ah, Sam. Carajo, pensé que eras uno de los supervisores.

— ¿tan viejo me veo? -bromeó-.

Melisa rodó los ojos y dejo escapar una leve risa.

— acabas de entrar, espera a que sean exámenes -bromeó la chica de vuelta.-

Antes de jalar a Sam del brazo Melisa estiró su cuello por el marco de la puerta, cerciorándose que no hubiera profesores o supervisores cerca. 

— ¿desde cuando tienes tanto cuidado con que vean quien está en tu cuarto? -preguntó algo sospechoso-.

— siempre. Los profesores te pueden mandar a detención si ven a un chico y una chica en un cuarto a solas, los supervisores casi nunca dicen nada, no si pagas.

— ¿Qué me quieres hacer Mel? -preguntó algo pícaro, pero bromeando-. 

Melisa lo volteo a ver escéptica y rió.
— ¿Qué quieres Sam?

— ¿Cómo sabes que quiero algo? ¿Qué? no puedo venir a ver como estas ¿No me puede gustar el simple hecho de tu compañía Mel? ¿Tienes algún problema?

— Sam, yo sé que soy lo mejor de esta escuela. Créeme lo sé, pero no te puedes poner a la defensiva solo por que te cuesta aceptar tus sentimientos. -bromeó la castaña mientras se acercaba a él-.

— Mel. -la voz de un chico se oyó en la habitación-. ¿el nuevo, verdad? Tao, un gusto. -el chico se posicionó a lado de Mel-.

Tao era asiático, robusto, tal vez estaba en el equipo se futbol, tenia pelo negro esponjoso, ojos negros y una mandíbula tan marcada que Sam sintió celos; llevaba unos pants grises y una playera grande.

— Un gusto. -mintió -. ¿Mel, me podrías prestar tus apuntes? Leo y Trev no tienen nada completo. -mientras Sam hablaba la mano de Tao buscaba la cintura de Mel, a lo que Sam no pudo evitar sentir una clase rara de enojo-.

Stuck In SchoolWhere stories live. Discover now