𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐕

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Severus se encontraba revisando los trabajos de los chicos de Gryffindor... Tenía que aceptar que no todos eran tan estúpidos, claro, cuando se trataba de describir lo que tenían que hacer. Después de todo, seguramente solo copiaban el libro y le entregaban el pedazo de papel.

Un claro ejemplo era Ron Weasley, sabía que el chico no era tan malo en pociones, podría decir que incluso era aceptable... O al menos cuando leía los libros y si planeaba aprenderse lo que decían.

Las pocas veces que hizo eso fue porque estaba castigado, y al final terminaba haciendo un trabajo asombroso.

Ahora no lo culpaba por estar copiando la información del libro sin hacer ningún intento de cambiar las palabras para que pareciera un trabajo propio. Sabía que el niño estaba muy estresado, sí, le quitaba unos puntos por eso, pero no tantos como de costumbre.

Draco no había entregado su trabajo otra vez, ya era la tercera vez y esta vez si tendría que hacer algo al respecto, sabía que unos cinco puntos menos a su casa harían que su ahijado tuviera algo de fuerzas para al menos hacer sus trabajos.

No quería ser duro con él, pero estaba encerrado, pensando en todas esas cosas que todavía no comprende, pero debe de hacer porque lo único que sabe de eso es que si no lo hace... Morirá alguien.

Su madre, su padre, él cree que puede evitar todas esas muertes, pero no es así.

Joder, detestaba todo eso.

Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado ya.

Harry estaba con él desde... ¿Octubre? ¿Diciembre?

Y ahora estaban a unos tres meses de terminar las clases... Llevaba casi un año con el niño y ahora ya no se sentía capaz de alejarse de él... Si tan solo se lo hubiera dado a Minnie en el momento en el que lo encontró...

Severus dejo su pluma y suspiro, estaba harto de todo eso, ese mismo día saldría y dejaría una pista de que Harry sigue con vida, estaba muy seguro que Dumbeldore anunciaría la muerte de Harry si no hacía algo ya.

El Profeta seguía diciendo que estaba desaparecido, por suerte decían que creían que seguía con vida...

O bueno, era algo positivo y negativo a la vez, el Señor Tenebroso estaba buscándolo también, y mientras no anunciaran la muerte del Gryffindor no pararía de buscar, algo que hacía que tuviera que ir y dar reportes de lo que supuestamente había pasado.

Era la primera vez que un chisme permanecía dentro de Hogwarts...

Nadie fuera de Hogwarts se había enterado de lo que había pasado en la clase de Pociones, por suerte Dumbeldore había hecho algo para que los chicos no le escribieran a sus padres de eso.

Estaba muy seguro de que todas las plumas en ese lugar estaban hechizadas para no poder decir nada del tema... Parecía casi irreal que eso no estuviera en El Profeta aún.

De pronto empezó a sentir un olor dulce a su alrededor... Muy dulce.

—Cariño, ¿dónde estás? — Severus se levantó buscando a Harry, que al parecer seguía jugando con sus peluches. Al parecer presentándole al dragón y al león de peluche que tenía el nuevo peluche de gato que había comprado poco antes.

O tomando el té, no tenía idea, pero estaban haciendo un círculo y Harry movía los muñecos sin decir nada, y dudaba mucho que fuera un ritual.

Aunque sería gracioso.

Harry lo volteó a ver y tosió un poco —Cariño, vamos a dormir, ya es algo tarde — Severus tomó a Harry y lo llevó a su cama. A Harry le había gustado dormir en ella más que en su cuna últimamente, en su cuna tosía mucho.

Había cambiado de lugar su cuna, pero no había servido de mucho, creía que solo había logrado hacer que su pequeño tosiera más.

Severus se volteó y empezó a buscar la fuente de ese olor.

Busco en sus pociones, ninguna se había caído, y no había ninguna que oliera así tampoco.

De pronto vio un destello dorado salir por debajo de su mesa.

Una flor, una Aurollen para ser específicos. Un capullo de uno a al menos; el capullo morado crecía lentamente por debajo de su mesa... Tal vez algo de polen se le había caído y de una manera casi milagrosa había crecido ella ahí.

Había leído que las flores solo olían cuando eran capullos en uno de los libros que leía para evitar hacer la poción. Por más que se dijera que era para tener más información, no podía mentirse a sí mismo.

No quería hacer la poción y usaba todo a su alcance para no hacerla, incluso se había ido a hablar con Lupin una vez para no hacerla. No recordaba nada de esa conversación, además de que tenían otra cosa y Sirius ya iba a conseguirla.

Severus tomó su varita y movió un poco el capullo para verlo mejor. Todavía no crecía, pero dentro se podía ver la luz que emitía el polen.

Severus revisó que no tuviera ninguna espina y tomó el capullo, luego lo tiró a la basura para luego limpiar el polen que había caído en el suelo.

Harry había estado tosiendo un poco en esos días, supuso que era el frío o que había tomado alguna alergia por estar en su oficina mientras él firmaba y revisaba algunas cosas, y ahora existía la posibilidad de que fuera el polen, y no iba a dejarlo ahí.

Ya vería si Harry mejoraba... Ahora solo tendría que...

Hacer la poción.

Cosa que definitivamente no quería hacer, en serio no quería, no quería... Cada vez que la poción llegaba a su mente siempre pasaba algo que hacía que no la hiciera, pero esta vez la haría... Sí, si la haría.

Y no había nada que lo hiciera cambiar de opinión.

Absolutamente nada.

Así que tomó los ingredientes de la poción que había estado haciendo y luego fue a buscar los ingredientes.

Prendió el fuego para empezar a meter los ingredientes para cuando escuchó una pequeña vocecita llamándolo.

—¡Verus!

Bueno... Tal vez podría posponer la poción por ahora... Pero sería la última vez.




°°°¡Feliz Navidad! Este es mi regalito para ustedes <3 En serio perdón por tardar tanto en publicar, sé que a muchos les dije "mañana publico" y hasta Navidad recibieron la notificación de que al fin publiqué un capítulo. Espero que hayan tenido un magnífico año y que les esté gustando la historia, ustedes son una de las únicas cosas buenas que me han pasado este año°°°

•984 palabras•

•25-12-2023•

Niño de Cristal  |Severitus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora