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Sadie:

Ingreso a mi primera clase para la presentación grupal del certamen y ya siento las miradas juzgantes hacia mi, todo por mi escena en la tienda de bikinis, Devora no ha llegado aun y soy quien a acaparado las miradas, y esta vez no por mi atuendo deportivo: Short seda dorada, blusa blanca y zapatillas blancas, no llevo joyas y en su lugar tengo una diadema deportiva alrededor de mi cabeza, cruzando mi frente.

Camino hacia una esquina con mi bolso deportivo y saco una cinta, con la que me acabo amarrando el cabello, saco una botella de agua también y mi mirada empieza a recorrer el salón.

Bastante amplio con un espejo grande frente a nosotras y que encuentras apenas subes los escalones de la escalera a la puerta que te dirige desde el primer piso, hay números en el suelo que separan el lugar de cada una y ya se cual es mi lugar.

Si quiero que me noten debo ir adelante.

Una mujer mayor vestida de pantalón mora y un top que combina,  y por el que se ven sus abdominales me asegura que es la profesora y lo compruebo cuando sube al escenario pasos delante de los primeros números.

—Señoritas, ya vamos a empezar.

Devora William entra seguido de ella y frunzo el ceño, ganó puntos con ella en el pasillo o eso imagino.

No me importa, lo que demuestre en el salón la elegirá para ir adelante, asi que con esa mentalidad me apresuro en colocarme en la primera fila,  las demás chicas prefieren ir atrás o no necesariamente adelante, asi que me lo facilitan.

Tomo el número 3 en la misma fila y Devora toma el 4, me giro hacia ella e ignoro los murmullos sobre nosotras.

Devora encoge los hombros y la ignoro.

—¿Qué bailaremos?—Pregunta Madeleyne de Seattle.

Jessica de Kansas se une a la pregunta—¿Sera algo de Beyonce o Rihanna?

Su compañera Cindy de Atlanta le da un suave golpe en el brazo, dicen ser amigas, pero en concursos como este no hay amistades.

No esta en mi prioridad encariñarme a alguien y que despues me den un puñal en la espalda, cosas que he visto y ocurren en este concurso.

—Nada de eso.—Contesta la profesora y enciende el equipo.

Una melodía empieza a formarse y las chicas se miran confusas.

—The Phoenix de Lindsey Stirling.—Contesta la profesora.—Un instrumental.



(***)



Aunque apenas son solo pasos sigo a la perfección cada uno de ellos y Devora no se queda atrás, asi como no se queda atrás su sonrisa arrogante cada vez que su mirada encuentra la mía.

Respira, Sadie.

El parlante deja de reproducir el tema y la profesora aplaude.

—Un descanso de 15 minutos, llénense de agua.

Todas aplauden y empiezan a beber.

—Antes de continuar, acérquense, hablemos un rato.—Nos pide con su botella en mano y separa los brazos.—En primer lugar orgullosa de ser quien hara la coreografía de presentación de las 10 finalistas de este año. Mi nombre es Anne y desde hoy en estas cuatro semanas aprenderán los pasos y si bien irán saliendo una detrás de la otra en mi coreografía, solo una de ustedes.—Nos señala a cada una.—Solo una iniciara la presentación delante del publico invitado y por supuesto el jurado.

Y yo seré ella.

—No dire que mi clase es sencilla, ya vi a varias de ustedes temblar con estos pasos. Necesito fuerza y resistencia para mantenerse quieta cuando yo lo diga y en el tiempo en el que lo diga ¿Entendido?

—¡Entendido!—Responden varias.

Le doy otro sorbo a mi botella con agua.

Definitivamente iré adelante.






Parker:

Llego a tiempo a la dirección, nunca soy impuntual y menos con ella.

Veo como el rostro se ilumina conmigo mientras el pecho se me agita por su expresión, Sadie baja las gradas fuera del establecimiento que llega hasta  donde me encuentro varado y solo puedo ver el ombligo que se divide en una intersección entre su suéter de lana con una falda larga decorada con botones marrones, ambas partes de color crema y los malditos botones no cierran toda la falda, dejando una abertura en la pierna.

La reina llega al asiento de copiloto y le abro la puerta, ingresa y se vuelve hacia mi, pero su expresión luce confusa al verme.

Tiene el cabello húmedo y deja su bolso de cambio en la parte trasera, cambiándolo por una cartera de cuero.—¿Qué? ¿No me veo bien como para ir a tu carrera?

Aunque el suéter es cerrado en cuello de tortuga, sus pechos siguen resaltando. Y ese ombligo joder...

—Demasiado tentador para mi como para otros.

Alza una ceja.—Ya veo ¿Detecto celos?

—En realidad no, porque solo yo voy a tocar, reina.—Coloco una mano en su pierna.

—Demasiada confianza.—Me aparta la mano y sonrio.—Apenas te ganaste el derecho de tomar mi mano.

—Despues de esos besos.

Me cubre la boca inclinándose hacia mi, pero lo baja enseguida. Su mirada se pierde en mi rostro, luego la ubica sobre mi boca. Que tentador..

Me besa y sus uñas me rozan el rostro, le devuelvo el beso con la mano aferrándome al volante y ella jadea apartándose un poco.

—¿A qué hora es tu competencia?

—Tenemos una hora.—Jadea aun con las manos en mi rostro.

Sonrio y le acaricio la mejilla, mi mano baja por su brazo y siento como tiembla debajo de la ropa, la cual se siente más ligera a lo que se ve, mi tacto llega a su ombligo y ella se tensa cuando mis dedos acarician.

La miro para su consentimiento y sigo bajando, solo rozo los botones de la falda y cuando llego al último desabrocho ese y luego otro.

—Parker.—Jadea.

Mi mano ingresa y sube abriendo otro botón, acaricio los muslos que pronto se abrirán para recibirme y la polla me duele dentro de los vaqueros, el olor de su shampu me vuelve loco al igual que su olor mismo.

—¿Segura que quieres llevar puesto esto?

—No me lo voy a quitar.

—No dije que lo harías. Yo lo hare por ti.—Detengo mi mano y la quito de la falda.

Su mirada agitada me observa y noto las mejillas acaloradas.

—Al final de la noche.—Finalizo.—Después de ganar.

—No tientes a la suerte, Parker.—Me advierte, pero la deseo tanto como ella se niega a aceptarlo.

—Me siento con suerte esta noche, reina.

En los neumáticos de la bestiaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon