• 22: Lo siento •

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Wooyoung resopló y pasó su mirada desde un extremo hasta el otro mientras el sonido de su caja torácica se levantaba bruscamente una y otra vez. No podía soportar ver el rostro perturbado de su madre, la mirada de odio de su hermana y las estúpidas reacciones de toda esa gente falsa que lo miraba como si hubiese asesinado a alguien.

Ahora era el momento en que empezaría el verdadero escándalo, así que sin tolerarlo más, salió corriendo rumbo a las escaleras sintiendo cómo los pasos de San iban siguiendo los suyos. Abrió la puerta de su dormitorio de un empujón y se pasó ambas manos por la cabeza, tirando de su cabello hasta que lanzó la silla de su escritorio de una patada y se giró hacia San que mantenía la cabeza encogida, los labios apretados y una señal de vapor alrededor de los ojos.

— Día de mierda… Debí haberle partido toda la cara.

Se quedó en silencio y solo escuchó el sonido de su propia respiración tosca y acelerada durante el resto de los cinco minutos. San suspiró y se pasó el dorso de sus manos por sus ojos, escuchando el sonido de la puerta al cerrarse detrás de sí.

— No me pareció bien lo que hiciste, Woonie… - susurró al fin con un hilo de voz, inhalando profundamente y dejando escapar el aire con lentitud.

— ¿Qué? ¿No escuchaste todo lo que él me dijo?

— Lo que él dijo no estuvo bien tampoco, pero…

— Estaba viéndolo todo desde esta ventana – Wooyoung exhaló y apuntó una de las ventanas con el dedo índice - Te estaba mirando todo el tiempo y esperaba que todos estén cayéndose de borrachos para irte a traer y dar una vuelta allá afuera. Todo estaba bien hasta que ese idiota se te acercó y te jaló como si nada. Eso me reventó.

— Solo quería conversar y me llevó con sus amigos para presentármelos.

— Ajá, claro – respondió con sarcasmo, sin dejar de mirarlo.

Observó cómo el menor estornudaba y luego se cruzaba de brazos. Le había hervido la sangre cuando lo había visto entre los brazos de Yeonjun; le había hervido la sangre a tal punto que le era imposible controlarse y ahora él estaba ahí, evitándole la mirada, como si no quisiera hablarle.

— ¿Te has enojado? – lanzó, soltando el aire con rapidez - San, tampoco es para tanto.

— No, no estoy molesto, solo es que me asusté muchísimo cuando sentí que tu hermana y tu madre iban a venir.

Se pasó la mano por la cabeza repetidas veces y exhaló, rascándose la nuca al tiempo que colocaba la silla de vuelta a su lugar y se sentaba de un golpazo sobre ella. Toda la rabia que sentía parecía haberse congelado, pero cada vez que recordaba lo sucedido hace más de veinte minutos, el hielo se volvía a quebrar. Lo miró y algo volvió a agitarse en la parte superior izquierda de su pecho.

— Ya, está bien, lo siento, pero él me colmó la paciencia.

Lo siento.

Tragó en seco; esas palabras en su boca sonaban tan extrañas en él.

— Pero no es a mí a quién tienes que decírselo, sino a tu hermana.

— ¿Y a ella por qué? ¿No viste cómo se puso? – San se pasó los brazos alrededor de su propio cuerpo y elevó sus ojos, enfocándolos en él y suspirando después de eso.

— Estaba muy ilusionada con su fiesta y había invitado a todos sus amigos.

Wooyoung elevó ambas cejas y frunció los labios en señal de molestia al tiempo que lo veía estornudar de nuevo y cubrirse su nariz enrojecida y sus ojos algo llorosos.

𝐈𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 - [𝚆𝚘𝚘𝚂𝚊𝚗-𝙰𝚃𝙴𝙴𝚉]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora