Lena, miembro de la distinguida aristocracia vampírica de Inglaterra, regresó a su majestuosa morada y accedió a prestar su ayuda a Zor-el, uno de los íntimos amigos de su difunto padre. Sin embargo, en un giro inesperado del destino, encontró en su...
En un pequeño pueblo perdido entre colinas verdes y campos de flores silvestres, vivía Anastasia, una joven campesina de ojos azules como el cielo y cabello rubio que caía en suaves rizos lavados por el viento. Su belleza era tan deslumbrante como el sol que iluminaba su mundo, y su voz resonaba como un canto celestial.
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Muy cerca de allí, en una majestuosa residencia, habitaba Lutessa, la hermana de Lena. Lena, una mujer inmortal con un corazón lleno de pasión y anhelo, había conocido a Anastasia cuando ambas eran apenas unas niñas. Desde aquel primer encuentro, una conexión especial se había forjado entre ellas, marcando sus vidas para siempre.
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Lena, cautivada por la dulzura de Anastasia, encontraba en su compañía un refugio para su alma eterna. Amaba escucharla cantar melodías que parecían susurradas por los ángeles y verla girar en el hermoso jardín de la propiedad, como si danzara con la misma naturaleza que la rodeaba.
Sin embargo, un día oscuro y trágico, cuando el destino parecía estar a punto de unir sus almas de una manera aún más profunda, Lutessa cometió un acto de crueldad sin igual. Sin saber que Anastasia poseía el corazón de su propia hermana en sus manos, arrebató la vida de la joven campesina, dejando a Lena sumida en un abismo de dolor y desesperación.
Las lágrimas de Lena se convirtieron en un torrente de tristeza infinita, y su corazón destrozado juró encontrar a Anastasia nuevamente, sin importar cuánto tiempo le llevara. Con una determinación ardiente, emprendió un viaje a través de los siglos, caminando por el mundo y descubriendo lugares lejanos y desconocidos.
En su travesía, Lena se sumergió en antiguas leyendas y escuchó las sabias palabras de ancianos que hablaban de la reencarnación, esa misteriosa oportunidad de vivir una vez más. Cada rostro que veía, cada canción que escuchaba, buscaba algún rastro de Anastasia, aferrándose a la esperanza de que su amada renacería en otro cuerpo, esperándola para continuar su historia de amor.
Los siglos pasaron, pero Lena nunca perdió la fe en el poder del amor y la magia. Su corazón, lleno de esperanza y valentía, la llevó a lugares remotos y exóticos, donde conoció a personas que compartían su creencia en la eternidad del amor. A medida que el tiempo avanzaba, Lena se convertía en una viajera incansable, explorando el mundo en busca de respuestas y pistas que la guiaran hacia su amada Anastasia.
