CAPÍTULO 21

132 17 46
                                    

Numb little bug - Em Beihold

Volví por la tarde a casa de Shawn. Una parte de mí tenía miedo de que no hubiera colado, pero la otra sabía que Shawn ni lo habría sospechado. Justo después de entrar a su casa, le pregunté a su padre por él, y éste me dijo que estaba en su habitación, y con las mismas se fue de casa para trabajar en un caso.

Subí las escaleras y toqué la puerta de su habitación.

—Pasa —murmuró él.

Entré a la habitación y lo vi tumbado en la cama, leyendo Tres meses de Joana Marcús. Al verme, puso el marcapáginas y cerró el libro para después ponerlo sobre su mesilla de noche y mirarme serio.

—Hola —le sonreí.

—Ven —dio dos golpecitos a la cama, invitándome a acostarme a su lado.

Me quité los zapatos y los calcetines y entré a la cama. Él miró al frente, pensativo.

—Quería hablar contigo de algo importante —me dijo—. Es que... últimamente he notado que comes menos. O a secas no comes —mi sonrisa se borró por completo tras sus palabras—. Al principio, pensé que simplemente era verdad lo que decías y ya habías comido, pero... No lo sé, me empecé a preocupar.

—No hay de que preocuparse —le aseguré.

—Claro que hay de que preocuparse, Ellie —esta vez sí me miró—. Cuando ayer fui a por comida y tú dijiste que Chris te había hecho de comer, al principio no creí que fuera tan importante. Pero bajé a por mi comida y nuestra agua y una parte de mí quiso asegurarse. Escribí a Chris. No te ve en días.

Agaché la cabeza. Estaba perdida, ahora sabía que le había mentido.

—Ellie, no pasa nada por estar mal. Pero quiero que me lo cuentes, por favor —susurró—. Somos pareja. Y una pareja está en los buenos momentos, sí. Pero también en los malos. No tienes porqué hacer esto sola. Estoy contigo. Y... Ellie, te amo. No quiero que te sientas mal y me lo ocultes. Si no estás lista para hablar de ello, lo comprendo. Pero alguien tiene que ayudarte con esto. No quiero que te desmayes o algo así por no comer.

—Estoy bien —le aseguré, aunque mi voz rota le confirmó lo contrario.

—Ellie, por favor.

—Estoy bien —repetí, levantándome de la cama—. Nos vemos en otro momento, adiós.

—Ellie, venga —él también se levantó—. Quiero ayudarte.

—No lo necesito.

—¡Sí lo necesitas! —exclamó cogiéndome del brazo, lo que hizo que me girara hacia él.

Él me agarró la cara y me miró con preocupación.

—Ellie, déjame ayudarte, por favor.

—No lo necesito.

—Deja de decir eso. Ellie, no comes casi nada —yo me mantuve callada—. Me dijiste que era un cobarde por huir de mis problemas. Y era verdad; así que, cambié y los enfrenté —me cogió las manos—. Enfréntalos tú también. Por favor.

—Será mejor que vuelva a casa. Hasta pronto, Shawn —me liberé de su agarre y salí de su habitación.

—Ellie... ¡Ellie! —dijo él a mi espalda.

Yo, conteniendo las lágrimas, lo ignoré y salí de allí.

***

Había pasado casi una semana desde que hablé con Shawn por última vez. Había estado esquivando sus mil llamadas y mil mensajes. También había evitado hablar con Chris, Jules y Nick. Había pasado estos días en mi habitación. De vez en cuando iba a por algo de comida, pero apenas logré comer una vez al día, mientras las voces de Mike y sus amigos me repetían constantemente en mi cabeza que era horrible.

AQUEL CHICO DE LA DISCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora