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— Hoy es nuestro aniversario y queremos pasarla juntitos así que. — Gyuvin tomó la mano de su novio ayudando a este a levantarse del pasto donde estaban sentados. — nos veremos mañana.

— ¿Mañana? — preguntó Matthew.

— Sí, mañana. — respondió esta vez Ricky. — tal vez nos saltemos algunas clases.

— Vayan con cuidado. — aconsejó Hanbin mirando a los chicos marcharse.

— ¿Deberíamos saltarnos las clases de después del receso también? — propuso Matthew.

— Claro que no. — contestó instantáneamente Hanbin.

— Yo acepto, Matt. — levantó la mano Jiwoong. — estoy cansado.

Los tres chicos voltearon a ver a Zhang Hao como si la decisión final dependiera de él. Y no era así, independiente de lo que dijeran, Hanbin jamás había faltado a una clase por más que sus amigos trataban de convencerlo. Al contrario Ricky, Jiwoong y Matthew no tenían un historial tan limpio, todos se sorprendían de cómo podían seguir aprobando con excelentes calificaciones a pesar de asistir solo al 70% de las clases y cuando estaban presentes no estar exactamente prestando atención.

— Yo no es que no quiera saltarme las clases. — dió respuesta Hao. — es mi segunda semana aquí, si falto ahora me llamarán la atención y no quiero ser regañado por el señor Lee.

— ¡Execelente! — dijo Matthew sorprendiendo a todos. — siempre nos sentimos muy mal por dejar a Hanbin solo pero hoy, estará con Haohao.

— No lo había pensado de esa manera. — habló Jiwoong llevándose la mano al mentón considerando otra vez la propuesta de Matthew. — te encargamos a nuestro Hanbin, es un buen chico y aceptamos quejas al chat grupal.

Matthew se levantó en un pequeño salto celebrando con sus manos hacia arriba y esperando que Jiwoong terminara de levantarse.

— ¡Hasta mañana! — se despidió Matthew.

— Si dejan tareas, nos dicen. — indicó Jiwoong.

— O las pueden pasar ya hechas.

Fue lo último que dijo Matthew guiñando el ojo a los dos jóvenes que permanecían sentados sobre el pasto y dándose la vuelta para comenzar a caminar con Jiwoong a quién sabe donde, simplemente a cualquier lugar que los alejara de las clases. Ambos chicos observaban con desconcierto como aquellos desaparecían, al iniciar el receso con un escandaloso grupo de cinco personas ninguno de los dos imagino que quedarían solo ellos.

El tiempo que quedaba aún era relativamente bastante y lo único que los acompañaba era uno de los libros filósofos de Hanbin y el sonido del viento agitando algunas ramas del árbol que les daba sombra. Hao se dejó caer hacia atrás observando hacia arriba. Los rayos del sol que se filtraba entre las hojas hizo al chino levantar su mano para cubrir su vista. Hanbin por su parte volvía a abrir su libro con intenciones de sumergirse en su lectura.

— ¿Deberíamos irnos también?— sugirió Hao y Hanbin sin demora negó.

— No es correcto. — respondió con tranquilidad. — además las últimas horas son las más cortas, pero si lo deseas, puedes irte.

— ¿A dónde voy a ir? tonto.

— Eso no lo sé.

— Jiwoong y Matthew ya estarán lejos de aquí, no puedo ir con Ricky y Gyuvin por razones obvias, ahora es un nos vamos o nos quedamos, los dos. — explicó Hao cerrando sus ojos. — se te olvida que no soy de por aquí Sung Hanbin. — suspiró. — tú sigue en eso mientras yo recobro fuerzas mediante algo que posiblemente no conozcas ni apliques en tu vida, llamado siesta.

WHAT IS LOVE ‽Where stories live. Discover now