VII

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El grito que soltó Danielle alteró a muchos pacientes. El abrazo que le dio a Minji fue tan fuerte que pensó que debía de ir al médico para comprobar que no le había roto una costilla. Las enfermeras corrieron hacia ella, listas para inmovilizarla y llevarla a la habitación acolchada. Tener a Danielle con una emoción muy fuerte solo significaba problemas. Cuando llegaron se detuvieron cuando Haerin agitó su mano, dándoles entender que todo estaba bien.

Haerin sabía que la mente de Danielle había comprendido otra cosa. No entendía muy bien su trastorno, pero no era la primera vez que veía cosas distintas, lo hacía con la comida, con las otras chicas que estaban en el hospital y con las cámaras que decía que estaban. Los meses que llevaba todos los días junto a ella le hacía darse cuenta cuando veía otras cosas y no tardó en saber qué era lo que leyó.

—No puedo creer que hayamos vendido todos los boletos—dijo mientras miraba el folleto—¿Cuánta gente irá? ¿50.000?—Máximo 500 personas, pensó Minji.

—Suficientes para que la reina no me mate—susurró Hyein.

—No puedo creer que hayamos vendido todos los boletos—repitió Hanni—¿Cuánta gente irá? ¿5.000?—Haerin sonrió al escuchar que se equivocó.

—O un poco más—dijo Minji—¿Cuál de las cuatro canciones vamos a cantar?

—O un poco más—Hyein le tapó la boca a Hanni.

—¿Cuál de las cuatro? ¡Por dios! Minji, tenemos que hacer más canciones, con esa capacidad debemos de mostrar todo lo que tenemos y ahora que tenemos otra vocalista ¡Ahh! Nuestros fans lo van a adorar—agarró la mano de Minji para ponerla en su posición—Tenemos que ensayar.

Hyein soltó a Hanni y se puso en su posición. La mayor se quedó quieta y con la mirada perdida en sus amigas bailando, comenzó a repetir todo lo que cantaban. Era como cantar con un eco, uno que se equivocaba bastante seguido. Haerin se tapaba la boca cada vez que se equivocaba, lo encontraba extremadamente chistoso.

Alzó los brazos y se agachó sin dejar de cantar su parte. Se dio una vuelta y su sonrisa aumentó al ver a Danielle fascinada con su voz. Ambas rieron y Haerin volvió a cantar. No tenía la experiencia de cantar, por lo que aún tenía unas cuantas fallas, sin embargo, por estar tanto tiempo viendo como Danielle le enseñaba a Hyein y a Minji a cantar, ella ya era consciente de muchas cosas. Tenía muy bien estudiada la teoría y le hacía feliz que Danielle se diera cuenta de que, a pesar de su miedo, no dejó de prepararse para ser parte de su grupo.

"Es solo que estoy cansada de tus palabras vacías" Danielle había escrito esa canción un poco antes de que Minji llegara y era una de las razones por la que Haerin se sentía tan culpable por no hablar. Podía ver como Danielle quería escuchar sus palabras, que en los momentos que estaban las dos abrazadas en la cama, ella no quería que se separara para que le escribiera un comentario de lo que le hablara. Ella quería algo más espontáneo y sincero.

"Si no puedes acercarte, no seré yo la que salga herida" Solo necesitaba tiempo para poder acercarse como debía. Tiempo y confianza. Confiaba en Danielle desde que llegó al hospital, era una chica que era increíblemente buena en encontrar el lado bueno de las personas. Cuando Seulgi se la presentó, Danielle inmediatamente la aceptó como su amiga y aceptó su mutismo. Solo...solo que llegó a pensar que si hablaba, no solo sería tratada como una mentirosa o una cobarde por hablar del caso de su vecino. También pensó que podía llegar a no ser tan querida por Danielle.

Hablar significaba no pensar mucho lo que sale. No estaba ese filtro que tenía muy marcado al escribir en su cuaderno. Ahora tenía la libertad de decir todo lo que pensaba. Eso le gustaba, pero también le asustaba. No obstante, se negaba a dejar de hablar nuevamente. Danielle en ese momento le sonreía como si aún estuviera emocionada de que hablara. Sus ojos brillaban al escucharla cantar. Aunque para Haerin, Danielle siempre brillaba al sonreír.

Last Waltz [Newjeans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora