Nos volveremos a ver - Lawlight (Death Note) [1]

10

Tengo las razones suficientes para ya no hacerme el idiota diciendo que no hay un tercer Kira. Principalmente, sé que yo como Kira jamás dejaría de castigar criminales (si no hubiese cambiado de planes) y pasar a matar a: «políticos y personas corrientes».

L también lo sabe.

—Perdiste la memoria. Estoy seguro. Y es inevitable no relacionarlo. Cuando interrogue a Misa ella también parecía haber perdido la memoria, pero no parece que la haya recuperado hasta hoy, sinembargo, tú, la recuperaste ese mismo día.

Por mi parte yo decidí hacer como si no lo hubiese oído para no armar otra discusión.

Dejó las dos fotografías en la cama, y se sujetó las rodillas con una de sus manos y con la otra se puso un dedo en la boca.

—¿Por qué atrapar a este Kira sería tan sencillo? —Se giró y me miró a los ojos.

Me estremecí al sentir su mirada penetrante clavarse en la mía.

—¿Cómo iba a saberlo? —Parpadee varias veces, el punto es que me está haciendo sentir que ve lo más feo de mí.

Acaba de pensar justo en lo que yo estuve pensando, en: «¿Este Kira es listo o tonto?». Solo si es tonto y descuidado puede ser atrapado así de sencillo.

Puesto que L no tardará en averiguar quien es el que daba órdenes, le pedirá a Watari que consiga todas las grabaciones del lugar, ahí encontrará a alguien que también debe estar actuando extraño. Si no logro burlar esas cámaras en las que esas chicas estaban, está claro que tampoco pudo burlar las que seguramente lo grabaron.

¿Cómo sabríamos estuvo cerca de ese sitio? Es sencillo, en la grabación logre escuchar que una de las chicas decía que si se demoraban no las iba a esperará. La libreta te permite controlar a las personas antes de que mueran, ¿significa esto que no quería matar a esas chicas?

¿No sabía hasta que punto se podría controlar a los demás antes de matarlos? Yo tuve que hacer experimentos.

—A menudo tú sabes algo que yo no, y no me lo cuentas. En este caso…, lo más probable es que tú no tengas contacto con este Kira. Y Misa tampoco. Tranquilo. —Desvío la mirada.

—¿Cómo esperas que tus palabras me tranquilicen cuando prácticamente me estás tomando y hablando sin reparos como si no existieran más opciones distintas de que yo sea el Kira original? —le pregunté calmado. Aunque realmente estoy frustrado.

—Estoy molestándote. Espero que esto no termine en otra pelea.

—¿Cuál es el propósito de molestarme? —Intenté hacer la pregunta seriamente, pero falle porque esto se me hizo divertido, y sin control: Sonreí con molestia.

—Ninguna más que ver tus reacciones, tu frustración y diversión me parece graciosa —continúo de una forma tranquila que como ya dije: desespera.

—Yo no hago bufonadas. Y no me gusta que me tomes como a uno que si lo hace —la voz se me quebró para hacerse una mezcla de reproche, enojo, y diversión.

—Con afirmar que no te gusta solo logras parecerme más gracioso. Como me ves, no hay una sola pista de que me esté divirtiendo, pero en realidad si lo hago.

Exacto, no hay pista. Se ve muy apático.

—No soy gracioso. No sé dé dónde te sacas eso.

—No digo que lo seas, lo quiero decir que me divierten tus reacciones al punto de hacerme reír mentalmente.

Me moví en mi lugar con una sensación incómoda. Eso es mucho peor. Ya sabía que realmente se refería a eso, solo no quería aceptarlo.

—Bueno…, ya te dejo en paz. —se bajó de la cama y fue a un rincón de su habitación.

Yo lo miré desde la cama.

Observé cada detalle de su habitación, todo parecía normal. Cosa que ya tengo muy claro que no le va a L, probablemente casi nunca está aquí dentro y solamente se la pasa investigando.

Es su vida. Es mi vida. ¿Qué demonios hago yo con mi vida? ¿Qué demonios hace él con la suya?

Simple. Él está usando parte de su vida en mí, porque yo inicie todo (o Ryuk). Yo estoy usando parte —estoy dispuesto a usarla toda— de la mía para… ¿Tal vez hacer que me ame?

Que me ame aunque sea momentáneamente.

Él no tiene tiempo para estas cosas. Él está tan ocupado que no tiene tiempo para enamorarse de alguien. Él está tan ocupado que enamorarse no está en su cabeza. La pregunta que me sigo haciendo es: ¿En qué momento se me impregnó en la mente la idea de amarlo?

¿Estoy haciendo algo de forma inconsciente?

—Supongo que debo irme a mi propia habitación. —También me bajé la cama, me acerqué donde estaba L, está mirando otra vez por la ventana.

Cuando me acerque, del mismo modo, mire por la ventana. Difuminado lo que se puede atra vez de la ventana, para así no ver solo mi reflejo en el vidrio.

—Así es.

Nos quedamos en silencio, yo seguí mirando por la ventana, el silencio fue enorme. Si en Inglaterra estaba en el quinto piso… ahora estoy en el piso dieciséis. Muy alto. Demasiado.

Me aparte de la ventana y lo mire a los ojos.

—¿Me estás echando?

Ya sé que yo mismo dije que debería irme y que él nada más me dio la razón, pero la pregunta que acabo de hacer fue inconscientemente, y me arrepiento de haberlo preguntado.

—No es eso. Te di la razón, es todo.

—No tengo nada más que hacer aquí. Es verdad.

Debo hacerlo de una vez. Siento mis manos temblar de nerviosismo. Cuando me acerque a L más de la cuenta; él me miró desconcertado.

Parecía querer dar un paso atrás. Pero antes de que haga eso puse ambas de mis manos en sus mejillas, rozando mis dedos por en su cabello.

Lo besé.