La hermana de mi exnovio [En proceso]

49 - Lecciones de moral

¡Hola, bellezas!

Me alegra haber podido adelantar el capítulo de este fin de semana para publicarlo más rápido y que puedan disfrutarlo antes. 

¡Feliz finde!

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Lecciones de moral

ANA

—Sí, claro. —Marta se une a nosotras mientras el resto de alumnos abandona el aula—. ¿Ya estáis planeando la próxima fiesta?

—No —contesta la pequeña psicópata secamente—. Si no te importa, esperemos a que salgan todos.

—¡Oh! Secretismo. —La sonrisa de Marta resplandece. Los colmillos le crecen como si estuviera a punto de darse un banquete de cotilleos.

—Date prisa con el cuento, tengo cosas más importantes que hacer —le escupo a Laura, que conserva su expresión indescifrable.

—Vale, ya está —dice la pequeña psicópata cuando nuestro último compañero desaparece por la puerta—. Simplemente quería dejar algunas cosas claras, ya que no me gusta ser partícipe de habladurías a espaldas de nadie. Marta, resulta que Ana va presumiendo por ahí de que te masturbó en la fiesta de Halloween —espeta sin miramientos la muy bocazas. ¿A dónde quiere llegar con esto? ¿Pretende provocar una discusión entre Marta y yo para vengarse?

—¡Ja, ja, ja! Eres una hija de puta —la insulto entre risas, aunque ella permanece imperturbable. Marta, en cambio, palidece y su sonrisa fallece en el acto.

—Me extrañó, dados tus antecedentes —continúa la pequeña psicópata, ignorándome—. Sería muy hipócrita de tu parte que abusaras de mí en la infancia y te declararas como homofóbica cuando lo que tenías eran inseguridades y no te aceptabas a ti misma. O estás poniendo a prueba los límites de la superación de tu homofobia. O Ana es una mentirosa. En definitiva, me gustaría aclarar la veracidad de los hechos, aunque no es de mi incumbencia y me da igual si respondes o no.

—Pero vamos a ver... —Marta reacciona tras un tenso segundo de silencio—. ¡Ja, ja, ja! ¿Te has creído esa barbaridad? Para empezar, tengo novio y no le sería infiel. Segundo, no necesito liarme con una mujer para poner a prueba mi homofobia, aparte de que las chicas no me atraen nada. Ana, ¿qué mierda fumas?

—¿En serio, Marta? ¡Ja, ja, ja! —Menuda mentirosa—. Más bien dime la receta del jarabe del olvido que tomas, a ver si de paso borro la existencia de Laura de mi memoria.

—¿Qué dices? ¡Cómo sois las lesbianas! O sea, ¿solo por bailar un poco juntas en plan amistoso y no darte lo que querías montas una película fantasiosa entre tú y yo? A ver, me halaga que te guste, pero te estás pasando al inventarte historias sobre mí e ir pregonándolas por ahí como si nada solo por despecho. —Me asombra la convicción con que Marta se expresa, como si se creyera su propia mentira, y su forma de distorsionar la realidad. Por eso no congeniamos.

—Seguro que aún tengo algún rastro de tu ADN bajo las uñas, pero bueno, ¿quién soy yo para forzarte a quitar el pestillo del armario en el que te has encerrado? Aun así, si lo que estás buscando es ganarte la confianza de esta pequeña psicópata, mínimo deberías decirle la verdad de lo que pasó en la habitación de Estefanía.

—Y eso estoy haciendo, le estoy contando la verdad. Nunca estuve en la habitación de Estefanía contigo. Estás llevando esto muy lejos, ¿eh? Sabía que estabas borracha, pero, por lo visto, estabas más ida de lo que parecía y tu imaginación voló demasiado. —Antes me habría dado más rabia que me trataran como una loca igual que está haciendo Marta, pero a día de hoy no me importa porque no tengo que justificarme delante de nadie para ganarme su aprobación, mucho menos delante de la pequeña psicópata, que debe estar gozando por dentro con el drama que ha generado.