Capitulo 15

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Hoy día en el receso las chicas y yo estábamos charlando más acerca de las personas que nos llamaban la atención; en mi caso, ellas sabían que solo tenía ojos para Levi. Cuando les mencioné que me quedé a descansar en su cama, exclamaron como locas, asustándome tanto que me convertí en el hazmerreír de todos.

—Ay carajo, chicas, por favor, no griten. Alguien podría habernos escuchado.

—Hange, de verdad pensé que mi primo había dormido en la sala. ¿Pasó algo más que simplemente dormir?

—Habrías escuchado, y no, no sucedió nada, porque tu primo es un caballero.

—Ese enano compulsivo, si supieras. Mira, te mostraré estas fotos que tengo en mi móvil. –Saca su teléfono y exhibe las imágenes a sus amigas.

—¡Oh my god! –exclamó Nanaba, intentando contener la risa–. ¿Por qué exagera tanto?

—Sí, exagera con sus métodos de limpieza, y ni hablar de esta habitación llena de productos de limpieza. No sé cómo besó a Petra.

—Oí decir que el director le otorgó un armario repleto de productos de limpieza.

—Yo cuestiono que mi primo habría aceptado ingresar a esta universidad, pero al ver que cumplía con sus expectativas de pulcritud, lo aceptó.

—Sí, Levi es bastante compulsivo; su apartamento está impecable, y su cama tenía una fragancia muy agradable.

—Hablando del Rey de Roma, miren quién ha llegado; se dirige a la sala de comida.

Levi estaba mirando su teléfono, evidenciando que estaba sumamente concentrado en algo, tanto que no notó mi presencia.

—En fin, igual nos corresponde su clase hoy al final de la jornada, y ya falta poco para que suene la campana, mi Hans.

Sí, tenía razón, ahora que lo reflexiono. ¿Está bien esto? Después de todo... él ya me había dejado claro que le gustaba, y a mí él.

Ring Ring resonó la campana, ahora debíamos dirigirnos a nuestro salón para asistir a la clase de Biología. Nos despedimos de Mikasa, Pieck, Gaby y una amiga más llamada Sasha. Nanaba y yo entramos al aula, ocupando nuestros lugares, a la espera del profesor... quiero decir, de Levi, para comenzar la lección. Como siempre, Petra me lanzaba miradas hostiles, esa enaba estúpida.

En esos instantes, Petra solo lanzaba miradas llenas de hostilidad hacia Levi y Hange. Ya sabía que entre ellos dos había algo, y en su mente solo rondaba la venganza, pero no hacia Hange, sino hacia Levi.

(No sabes con quién te has metido insensato.)

—¿Está prestando atención, señorita Ral?

—Claro, profesor Ackerman –Maldito, te dare donde más tengas miedo...

—Claro, profesor Ackerman –Maldito, te dare donde más tengas miedo

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—Te agradezco por la clase de hoy, fue sumamente interesante. Eres muy competente instruyendo, enano

—De nada, cuatro ojos. Es mi responsabilidad, al fin y al cabo, para eso recibo mi sueldo.

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