15. Triple problema

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La gran casa Potter-Black se encontraba en silencio. Teddy dormía su siesta y George estaba en el bosque, pero dentro de los hechizos de protección. Heaven podía observarlo desde su balcón; las sutiles lágrimas bajando por sus mejillas le oprimían el pecho. Sabía que extrañaba a su familia y, sobretodo, a Fred.

Se sintió la peor de las personas por no haberlo notado antes y encerrarse en su propio dolor, olvidando que su querido amigo también perdió a la persona más importante de su vida. Admiraba a George y sus ganas de seguir adelante... de seguir viviendo.

–Heaven... ¡Heaven! –volteó asustada, encontrándose con Hermione.

–¿Acaso quieres matarme de un susto? –dramatizó poniéndose una mano en el pecho.

–Llevo diez minutos tocando la puerta, ¿estás bien?

–Ah, sí... creo –suspiró–. Saber que Draco se quedará con nosotros me tiene de los nervios –no mentía, la ansiedad de no saber si volvería a traicionarla la mantenía en alerta.

–¿Quieres hablar de eso? – al verla negar, continuó–. Bueno, en realidad venía porque... esto va a sonar algo descabellado. No, mejor olvídalo.

–Hermione, deja de darle vueltas y dime que sucede.

La castaña se sentó en la cama, palmeando a un lado para que la pelinegra se sentara junto a ella. Heaven lo hizo enseguida, se moría de la curiosidad.

–Primero quiero que sepas que esto es vergonzoso, y no me siento para nada orgullosa al respecto. Pero no puedo hacer nada para detenerlo –su pierna subía y bajaba rápidamente, en señal de nerviosismo–. Uff, está bien, aquí voy... estoy completamente segura de que Edward Cullen es mi alma gemela –volteós para ver a su amiga cuando esta no respondió.

Heaven la veía con incredulidad, podía ver en sus ojos como los engranajes en su cabeza se movían.

–Tú... espera, ¿cómo llegaste a esa conclusión? –ladeó la cabeza–. No es que ponga en duda tu palabra, es solo que nunca había escuchado sobre eso, ¿una bruja y un vampiro siendo almas gemelas?, creí que solo en el mundo mágico... en nuestro mundo era posible la conexión entre almas.

–Cuando lo vi por primera vez sentí algo extraño, supuse que era por la impresión de creer ver a Cedric. Pero la semana que te ausentaste... –carraspeó–, cada vez que se acercaba a querer hablarme y lo rechazaba, un dolor se hacía presente en mi pecho. La necesidad de querer estar a su lado fue aumentando y, agh, me hierve la sangre cuando lo veo junto a Isabella –su voz se fue apagando poco a poco–. Eso es lo que me avergüenza, yo no soy así. No es correcto que me sienta de esta forma, no cuando él le pertenece a alguien más.

Los ojos de Hermione se cristalizaron, la ojiverde no dudó en abrazar a su amiga, dándole suaves palmadas en la espalda y acariciando su cabello.

Recordó las veces que atrapó al Cullen observando a su amiga, incluso con su novia a un lado. Supo que el vampiro no le era indiferente, tal vez y solo tal vez, el cobrizo también sentía esa conexión.

Estaba mal meterse en una relación, ella odiaba las infidelidades. Pero el dolor de no estar con tu alma gemela después de encontrarla... no se lo deseaba a nadie. Hermione y Edward estaban hechos el uno para el otro, y ella los ayudaría a estar juntos.

Su nueva misión era ser cupido.
¿El obstáculo? Una pálida y torpe castaña.

–Está bien, Herms. Lo arreglaremos.

[•••]

Ir todos en un solo auto era incómodo. Sobretodo por el silencio que nadie se atrevía a romper.

Skyfall | Carlisle CullenWhere stories live. Discover now