Cap XXVI; Investido

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Haré que la gloria caliente tu cielo en invierno

Yo sigo intentando esta hazaña
En este nido de pirañas que a veces se viste de infierno

Donde los dedos se ensañan

Y mientras señalan piden mi destierro

Pero ni todas la guadañas apuntándome al cuello

Pueden torcer mi destino de hierro

-Wos-

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Ma, Ma!- La llame sacudiendole el brazo, ella estaba dormida, yo también tendría que estarlo, pero no podía. El ruido de las gotas cayendo fuertes en el techo de chapa y el ruido de los truenos me atormentaban y hacían imposible que pueda dormir tranquila.

Mi mamá se despertó de un golpe, tenía el labio partido, el ojo lastimado y un fuerte color morado teñía su cachete. A la mañana de ese día mi papá le había pegado, mi mamá le había reclamado mas plata porque no teníamos casi nada para comer, ella se partía el lomo laburando para que mi papá venga y nos saque lo poco que teníamos. Tuvieron una pelea muy fuerte, se la pasaron gritando, hasta que mi papá le dijo que nunca mas iba a volver, que tenía una amante que lo podía alimentar y complacer sus caprichos

- ¿Que paso amor?.- Me dijo mientras me daba una suave caricia en la cara mientras con la otra mano se frotaba el ojo.
- Tengo miedo.- Tenia 7 años yo, me daba vergüenza decirle a mi mamá. Si mis compañeritas se enteraran me burlarian toda la vida.- ¿Puedo dormir con vos?.-

Ella soltó un risita y me ayudo a subir a la cama, me acosté al lado de ella mientras me hacia piojito en el pelo, pero había algo que todavía me incomodaba, algo que no me dejaba tranquila.

-Mami ¿Y si vuelve? ¿Y si me quiere pegar a mi.-  Ella dejo de hacerme caricias y se separo de mi para verme a la cara.

- No pasa nada hija, te juro que no va a volver, dormi tranquila, que yo te protejo.- Me dio un beso en la frente y se volvió acomodar. No entendía como a sus 23 años podía ser tan fuerte y al mismo tiempo vulnerable, pero sin duda era una gran mamá.

__________

El ruido de un trueno me despertó.

Me había quedado dormida en el piso frente la cruz de mi mamá. Me dolía el cuerpo y un poco la cabeza, pero sentía una gran sensación de paz dentro mío, como si todo lo que había pasado se estuviera desvaneciendo. No sentía la gran peso en mis hombros por haber matado a mi papá, ni el picazón en el cuerpo que me insistía a meterme merca otra vez.

Sentí que una gota me cayó en el hombro, y después sentí una en la pierna, hasta que se largó a llover. Me levante y camine rápido a la dirección de mi casa, pero en realidad no quería ir ahí, asi que retomé el recorrido para ir a lo de Carlos.

Cuando llegue abrí el portón y toque la puerta, me abrió la Chila. Cuando me vio se quedo espantada, me empezó a decir que cómo podía haber salido así, con tremenda lluvia que me iba a resfriar.
Yo había intentado ir rápido, pero la lluvia me gano dejándome empapada.
Me hizo pasar y me dijo que me de un baño de agua caliente, que ella mientras iba a ver que ropa podía prestarme.

Estuve un buen rato ahí, me relajaba sentir las gotas, estaba vez de agua caliente, haciendome un masaje en la espalda que me había dejado adolorida.

Cuando me termine de vestir con la ropa que me había dado la Chila, fui al comedor, ella me esperaba con un té y unas galletitas, yo estaba cagada de hambre, extrañaba tener algo para comer.
La Chila soltó un suspiro.

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⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

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Fuerte Apache -Danilo Sanchez/Matias Recalt-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora