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El día amaneció muy soleado. Anna y Pipe estaban en el hospital con el padre de la chica, que había venido por la emergencia de anoche.

-Mi Anita. -Le dijo su padre pasándole una mano por la mejilla y luego le dio un beso en la frente.

Pipe le hizo compañía a Leo por un buen rato mientras Anna hablaba con su padre. El de ojos azules tuvo que apañárselas como pudo para entretener al nene. Lo bueno era que se había traído sus cromos de fútbol y era algo que a Felipe no se le daba tan mal.

-¿Vos tenés a Messi? -Felipe alzó sus cejas y Leo asintió presumiendo de su carta.

-Bueno, me la intercambio Anita pero ya es mía. -Se llevó la carta al pecho como si fuera su tesoro más preciado. Mejor dicho, lo era.

-¿Anita tiene cromos de fútbol? -Felipe frunció el ceño al ver cómo Leo asentía. ¿Era Anna la chica con la que siempre había soñado?

-Felipe, veni. -Anna llamó al chico y este se levantó rápidamente-. Es mi papá.

Felipe tragó saliva ante la mirada que le dio el hombre alto y luego le extendió la mano.

-Un gusto. -Sonrió un poco y esperó a que el padre de Anna hablara o hiciera alguna señal.

-Elías. -El hombre estrechó su mano con la del muchacho y sonrió.

-Felipe. -Sin saber que decir, contestó nervioso.

Anna estalló a reír a carcajadas y su papá hizo lo mismo. Felipe les miró confuso sonriendo un poco. La chica se apoyó en el hombro de su amigo y este sin comprenderlo le preguntó que pasaba.

-Estás re asustado boludo, no te va a matar. -Anna continuó riendo haciendo que en sus mejillas se formaran hoyuelos. Pipe sonrió al por fin verla feliz después de la pesadilla de noche que tuvieron ayer.

-Voy a entrar, quedate acá o te podes ir. Yo cuido de Leo. -Elias le sonrió a su hija y le dio un golpe ligero en el hombro a Pipe despidiéndose. Anna tomó la mano del chico y ambos salieron del hospital con una vibra diferente, un poco más felices.

Anna llevaba un vestido de flores y unas botas negras, su pelo estaba más ondulado de lo normal y desconocía la razón. O tal vez simplemente se estaba enamorando.

-Vos no me dijiste que coleccionabas cromos. -Pipe miró el mar y luego a la chica, que se había avergonzado.

-¿Te contó Leo? -él asintió y Anna miró al suelo-. Solo los guardo por mi hermano, pero también es un pasa tiempo cuando ando aburrida.

Felipe sonrió un poco y continuó caminando con la chica hasta llegar a una cafetería no muy lejos del lugar donde el resto del equipo estaban grabando algunas escenas.

-¿Queres que vayamos a comer pizza? -Anna asintió varias veces y sonrió feliz, el chico pensó que por una vez saltarse la dieta no estaría mal.La muchacha y Felipe fueron directos a un pequeño local donde vendían pizza. Pidieron una pizza para llevar y se sentaron en una fuente que había en la plaza.

Felipe sacó su teléfono y le tomó una foto a Anna, la cual tenía un trozo de pizza en la mano y sonreía levemente.

-Salís perfecta. -Confesó y Anna se rio un poco.

La tarde pasó igual. Estuvieron dando vueltas por la ciudad disfrutando de cada monumento y sin parar de tomarse fotos entre ellos, también se tomaron fotos juntos para variar un poco. Algunas graciosas y otras con miradas profundas que hablaban más que mil palabras.
En el teléfono de Pipe saltó una notificación y se pasó una mano por el pelo al recordarlo.

Call It What You Want ||Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora