Cuarenta

140K 21.4K 524
                                    


Me hiciste prometer que no diría nada y me obligaste a cruzar los meñiques como hacían los mejores amigos. Yo también te confesé que a veces quise morir, pero que supe que había vida cuando te conocí.

Y lloramos juntos, en el césped, nos tomamos las manos porque ya era algo común para nosotros. Tú limpiaste mi agua salada y yo limpié la tuya.

Perdido en tu mirada grisácea.

En la misma mirada en la que sigo perdido.

El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora