Louis, es un niño mongol de diez años, que parte en un viaje junto a su padre para elegir a su futuro esposo.
El seleccionado es Harry, un bonito chico de una tribu pacífica, que logra impresionar al chiquillo de ojos azules.
Entonces Louis le prome...
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Los niños lo observaban desde lejos. Para ellos, que pocas veces veían a extraños en su tribu, debía tener el aspecto de un bárbaro.
Camino hasta la tienda central, a la casa del Khan, sin prestar mayor atención a los cuchicheos de la gente en torno a su repentina llegada.
Espero pacientemente, a que los Khos de Turek, lo revisaran y pasaran a escoltarlo hasta la cabaña.
Entro en la tienda y dio una leve reverencia, pues él, ahora solo era un hombre común.
Esperaba que esto no influyera, que el alfa le negará a su esposo debido a su nueva y humilde condición, lo cual podía pasar, a pesar del trato y de que estaba prohibido romper los acuerdos.
Pero Harry, era el hijo menor del alfa de la tribu, y este podía negarse a entregárselo.
—Oh, muchacho. —Lo saludó Turek. —Ha pasado un tiempo. Sentí mucho cuando me enteré de la muerte de tu padre. —Hizo una leve reverencia en su nombre.
El ojiazul asintió ante su muestra de respeto.
—Un gran hombre, ¿eh?
—Lo fue. —Contestó, parco.
—Pero supongo que no estás aquí para escuchar mis buenos deseos. —Observó.
—Supones bien Turek.
El hombre lo miró aprensivo. Por supuesto que sabía, a qué había ido el hijo de Finrod allí.
Había ido por algo que se le prometió.
—He venido por mi esposo, Turek.
El alfa asintió.
Pero antes pensó si podría hacer pasar a alguien más por su pequeño omega.
Su hijo menor correría peligro con Louis. Había escuchado que no tenía manada, ni tribu, y llevaba una vida nómada, huyendo siempre.
Los merkhins eran sus enemigos, los tártaros y también los de su antigua tribu. Aquello no podía ir a peor.
Además, Louis tenía un aspecto salvaje. Podría ser uno de esos nómadas sanguinarios, de los que maltrataban a sus Omegas, y su pequeño niñito no lo soportaría.
Harry era dulce y frágil, cuidado con los mejores deseos de sus padres y de su tribu misma. Antes, el matrimonio con Louis había sido lo mejor, pero ahora...
—Creímos que habías muerto. —Confesó. —No sé si Harry aún te quiera. Ha pasado mucho tiempo, son casi siete años.
Louis estaba consciente del paso largo del tiempo y que podía tener razón en que Harry tal vez ya no lo quisiera, y tenía todo el derecho en haber podido escoger a otro alfa.
Pero eso tendría que verlo con sus propios ojos tenía que...
Entonces alguien entró a la tienda y el tenso ambiente se suavizó con el tenue aroma del omega.
