Matrimonio Forzado | Jihan

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—Hola pequeño — hablo mi madre — ¿Cómo has pasado la noche?

—Bien y no te emociones, dormimos separados.

—Pero hijo, yo creí que al dejarlos solos — no pudo concluir su palabra ya que entro Siwon.

—¿Ellos son la feliz pareja de la que tanto me han hablado? — dijo un señor claramente gay.

Gracias a las miradas asesinas de nuestras madres dedujimos que tendríamos que fingir, lo único bien que hemos hecho hasta ahora.

—Si, sí lo somos — hable encarando una de mis más falsas sonrisas.

—Hoy escogeremos el pastel, al igual que los postres y por supuesto, serviremos todo lo que a los novios les gusté — hablo entusiasmado aquel señor, pero sólo recibió muecas de ambos.

Yo no quiero casarme.

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—Mira Han esté pastel esta buenísimo — hablo Joshua acercándole un poco de Red Velvet a él — Pruébalo bien — dijo para luego estamparle aquel pedazo de pastel en la cara — ¿Te gustó? — hablo burlonamente para después comer un poco del frosting que quedaba en su nariz.

—Gracioso, pero creo que tu no has probado el delicioso pastel de Zanahoria.

—No lo he probado porque soy... — no término gracias a que aquel pedazo de pastel choco contra su cara — alérgico.

—¡Oh oh! — dijo el tonto de Jeonghan — ¡Lo siento! No lo sabía, futuro esposo - juraría que mis únicos deseos en esos momentos eran asesinarlo.

—Se me llenara de ronchas la cara — dije en un tono chillón.

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Okey, se supone que yo debería saber que hacer, pero cada vez es peor, así que después de ese accidente fui junto a mi madre al doctor. Llevo todo el día en "reposo" y a oscuras ya que mi cara tiene que perder el contacto con el sol o se pondrá peor. Dudo que se pueda poner peor.

Dormí unos segundos o más bien solo cerré los ojos ya que alguien tocaba la puerta.

—Adelante — dije y luego esta se abrió dejando ver a la persona que en estos momentos era la menos indicada.

—Hola — sonrió — traje esto.

—Gracias — dije al ver una linda docena de rosas. Lo primero que se me vino a la mente fue "su madre lo ha obligado"

—Juro que no sabía que eras alérgico.

—Qué más da.

—Ha llamado tu amigo ¿Minghao? En fin, ha dicho que vendrá en un par de horas a verte.

—¡Oh! Que bien.

—Bueno dejare esto por aquí — dijo mientras colocaba las rosas en el mueble — Tu madre ha dicho que no vendrá hasta mañana y mamá dijo venir a cenar, claro si ya estabas bien.

—Creo... Que voy a descansar.

—Será lo mejor — dijo para luego marcharse de nuestra, que ahora es mía, pero jamás será de los dos, bueno, se marchó de la habitación.

Tenía tiempo para reflexionar un poco, sé que era un poco absurdo, pero aun así lo hice, cerré mis ojos y coloqué mis manos en mi barbilla.

—¿Dios? ¿Me escuchas? — comencé diciendo mentalmente — Sabes que no soy muy creyente y que acudo muy pocas veces a ti, pero ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? O sea, sé que Jeonghan es atractivo y no debería quejarme por eso, pero, es que no lo quiero y el a mí tampoco. Dame una señal de que debo de seguir, si no me la das, dejare esto por la paz. Se que tú sabes todo y me harás hacer el...

—¿Qué estás haciendo? — pregunto Jeonghan mientras se colocaba a un lado de la puerta, cosa que me causo un susto terrible.

Se supone que estaba ¿hablando con Dios? ¿rezando? le estaba pidiendo una señal... Espera... ¿Esa fue la señal?

Voltee a ver hacia arriba. ¿Era la señal? Diré que fue la señal, le haré caso... Espero no confundirme.

—¿Qué quieres?

—Minghao llego.

—Hazlo pasar — ordene.