57. Enamorado

14 2 3
                                    


Alice:

Mis ojos se abren al despertar del sueño y siento un agujero en el pecho, aún era de madrugada. Me dolía la cabeza pero no más que el corazón. Lloro desconsoladamente después de mi sueño, arranco la pulsera de mi mano y la arrojo lejos entre la oscuridad, ya lo sabía todo y no podía contener el dolor, sentía que este me adormecia hasta derrumbarme. Siento odio, demasiado odio, por él y por mi madre. Una mujer que jamás me amó, ni a mí ni a nadie que no fuera ese desgraciado. La odio, es una mujer infame y repudiable, usó a su mejor amigo sabiendo que estaba enamorado de ella, le mentía a su madre, engaño a mi padre cuando era su esposo, fue la otra mujer de ese hijo de perra.

Mi rostro se encuentra mojado por mi llanto, mi mente se encuentra disociada, me siento desconectada de la realidad, el dolor e ira estaban apoderándose de mi sentido común.

Camino por los pasillos de la casa con la mirada perdida, bajo las escaleras hasta llegar a la sala, las tenues luces del alumbrado de la calle iluminan el lugar y alcanzo a ver una foto enmarcada de mi madre, con ira la arrojo contra el suelo haciendo que se rompa y así sigo con cada una donde ella sale causando un estruendo. Todo era mentira, esas fotos reflejaban algo que nunca fue. Mi familia era una puta mentira, mi abuelo era un infiel que tenía una doble vida y mi madre, ni siquiera sé por dónde empezar.

Sin pensar con claridad salgo a la calle, camino bajo la oscuridad dirigiéndome hacia el único que podría ayudarme, necesito verlo y refugiarme en él.

Algunos minutos de caminata después llego a su vecindario, elevo la mirada y él estaba en su tejado en compañía de su guitarra, me ve y se impresiona con mi inesperada visita en plena madrugada.

-¡¿Jones?! -exclama -Ahora bajo, no tardo nada.

Lo veo desaparecer del panorama y pocos segundos después escucho al otro lado de la puerta sus pasos aproximándose, el chico abre la puerta y con una mueca de extrañeza por mi aparición nocturna.

-Jones, no esperaba verte a esta hora. ¿Está todo en orden? -pregunta enmarcando una ceja.

Me era imposible pronunciar palabra, por más que quisiera no podía formular una sola oración. Quería contarle todo pero por alguna extraña razón no me nacía la voz.

-¿Estás bien? -cuestiona frunciendo el ceño.

No respondo a su pregunta, caigo rendida ante él y soy sostenida por sus brazos, me sentía un ser hueco que estaba cayendo poco a poco en la inmundicia.

-¿Quieres comer algo? -persiste en hacer conversación.

Vuelvo a negar con la cabeza.

-¿Algo de beber?

En respuesta imito la misma acción de hace un momento, siento que ante una sola palabra que llegue a pronunciar me desmoronaré en llanto.

-Jones, no sé que te sucede pero me tienes a mí. No voy a dejarte.

Se aproxima a dejarme un beso y a acariciar mi rostro.

-Se me ocurre que podría animarte -sonríe travieso.

Toma de mi mano y subimos las escaleras, vamos a su habitación y la vetana estaba abierta de par en par.

-Salgamos al tejado, tenía insomnio y estaba matando el tiempo tocando la guitarra y viendo el cielo para no pensar en cosas -relata -¿Quiere salir? -propone.

Sin Salida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora