18. Jugando con fuego y veneno

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Asher

Estoy tan duro que mi polla pide a gritos ser liberada del pantalón.

En este punto, las circunstancias no me importan. El deseo de hacer a Luken mío es tan fuerte que mi cordura flaquea, aunque nunca he estado muy cuerdo que digamos. Desde esa noche en el Millennium Biltmore, mi mente no ha podido concentrarse en nada más que en él.

Me pongo encima de Luken, atrapando su cabeza entre mis manos mientras muerdo su labio inferior, tirando de él lentamente, absorto en lo que estoy sintiendo. Sus ojos avellana, normalmente comprensivos y joviales, se han oscurecido como una noche en el vasto desierto, y sus facciones se han vuelto más duras. Él también desea lo que está pasando, aunque no sea el momento ni el lugar.

—Me vuelves loco —le confieso, sabiendo que él entiende lo que eso significa para mí.

A través de la tela de la bata de hospital, puedo ver cómo su polla erecta se bambolea libremente, sin la barrera de la ropa interior. La bata es tan fina que casi parece una provocación, una tentación que desafía la línea entre el autocontrol y el deseo desenfrenado. El ambiente es denso, cargado con una mezcla de tensión y anhelo, y siento que el aire se vuelve más pesado a nuestro alrededor.

—Tócame —me repite, esta vez con la voz más gutural, cargada de necesidad.

Coloco mis manos sobre su erección, sintiendo el calor que emana de su cuerpo incluso a través de la tela. Al contacto, él emite un gemido leve, pero lo acalla mordiendo sus labios, como si no quisiera que el momento se rompiera con el ruido. Lo acaricio con suavidad al principio, aunque pronto ejerzo una presión firme, sintiendo cómo late bajo mi mano. Sin la barrera de la ropa interior, mi contacto es casi directo, como si estuviera tocando una parte tangible de su alma.

Mientras lo hago, desplazo la bata ligeramente, revelando un poco más de su piel, y la visión de su cuerpo, tan vulnerable y al mismo tiempo tan fuerte, me lleva al borde de la locura. Quiero desesperadamente levantar la bata, sentir su piel caliente contra la mía, pero decido ir con calma, prolongando la anticipación. Sigo tocándolo despacio a través de la tela, disfrutando de cada segundo, cada suspiro que escapa de sus labios, hasta que él, incapaz de soportar más, me pida que dé el siguiente paso.

—¿Qué puedo hacer? —le pregunto, mientras me quito la chaqueta de cuero y la lanzo al pequeño sillón. Mi mirada permanece fija en él, observando cada pequeño cambio en su expresión.

Luken no responde de inmediato, pero sus ojos recorren mi cuerpo, deteniéndose en la camiseta blanca ajustada que llevo puesta. Puedo sentir su mirada examinando cada centímetro de mi torso, particularmente donde la tela acentúa los contornos de mis músculos. En sus ojos brilla un destello de deseo, revelando claramente lo que quiere hacerme y lo que espera que yo haga.

—Haz conmigo lo que quieras —me susurra con una voz tan baja que apenas es un murmullo, pero lo suficientemente clara como para encender un fuego en mi interior.

Sus palabras son más que suficientes para que suba hasta su cuello y empiece a devorarlo con un frenesí que no puedo contener. Doy pequeñas trazadas en línea recta a lo largo de su garganta, y luego bajo hasta su clavícula, clavando mis dientes en su suave piel, haciéndolo estremecer. Un gemido profundo se escapa de su garganta, vibrando en el aire y encendiendo aún más mi deseo.

—Asher...

El sonido de mi nombre en sus labios me detiene un segundo, suficiente para que levante la cabeza y lo mire. Sus ojos, oscurecidos por el deseo, se encuentran con los míos, y lo que veo en ellos casi me derrumba.

—Asher... —repite, con una voz cargada de una mezcla de anhelo y necesidad—. Quiero que me comas.

Las palabras salen de su boca con una honestidad brutal, y el impacto de su deseo me deja sin aliento. Mis ojos se abren de sorpresa, y siento mi polla dar un respingo, respondiendo instintivamente a lo que acaba de decir. Es como si cada fibra de mi ser se alineara en torno a ese único propósito: complacerlo, hacerlo mío de la manera más profunda y completa posible.

La Habitación Oscura [+18] (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora