WHAT IF...?

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Lo primero que hizo fue correr a los brazos de su hermano, abrazándolo con fuerza.

Voldemort estaba muerto.

Todo había acabado.

–Lo hiciste, Harry –susurró con felicidad, aún aferrada a su gemelo.

–Lo hicimos, Heaven. Estamos bien ahora.

Dos pares más de brazos se unieron a ellos.

Regulus y Sirius. Sus padrinos. Sus padres.

–No volveremos a separarnos. Somos una familia ahora, cachorros –el mayor de los hermanos Black afirmó.

–Harry es el cachorro, Sirius. Mi preciosa Heaven es una florecita.

Se separaron luego de unos minutos, los menores estaban ansiosos por reunirse con sus respectivas parejas. Ambos comenzaron a buscar al grupo de pelirrojos, sabiendo que los Weasley no se separarían. Menos después de que Fred casi fuera aplastado por una pared cuando esta explotó; la señora Weasley no se alejó de su hijo después de que lograran salvarlo a tiempo.

Ojos verdes y ojos negros hicieron contacto apenas entrar al -anteriormente- gran comedor. El pelirrojo no dudó ni un segundo antes de correr hacia su alma gemela, alzándola por la cintura mientras daban vueltas.

Estaban juntos de nuevo.

La azabache abrazó al mayor, soltando pequeñas lágrimas. Él, completamente preocupado, intentó separarse para buscar alguna herida en su amada, pero ella se lo impidió, aferrándose con más fuerza.

–Está bien, florecilla. Necesito revisar que estés bien, no voy a irme –intentó tranquilizarla.

–Estoy bien. Es que –murmuró con voz ahogada–... tuve tanto miedo de perderte.

–No lo harás, amor. Estoy aquí, contigo. Mi dulce jazmín, no voy a dejarte nunca.

Se separó poco a poco, sus ojos volvieron a hacer contacto visual y fue demasiado obvio el amor que se transmitían. Era mágico.

–Espero que recuerde mi promesa, señorita Potter –dijo sonriendo. Ella asintió.

–Prometió casarse conmigo después de que la guerra terminara, señor Weasley. No vaya a echarse para atrás –le respondió juguetona.

–Nunca –tomó sus mejillas con ambas manos–. Eres mía y yo soy tuyo, para toda la eternidad. Esta y todas las vidas que tengamos.

[•••]

Regulus y Sirius no pudieron controlar las lágrimas.

Ver a su niña vestida de blanco les trajo recuerdos.

Si bien en físico era mayormente parecida a su padre, su esencia mágica era, sin duda alguna, idéntica a la de su madre. Una combinación perfecta de ambos.

–Mi pequeña ya floreció –dramatizó el mayor–. No puedo creer que ese Weasley se lleve a mi cachorra.

–Estás hermosa, hija –Regulus sonrió con orgullo–. A James y Lily les habría encantado estar aquí.

Heaven parpadeó rápido, intentando retener las lágrimas.

–¿Crees que –carraspeó–... crees que ellos estarían orgullosos de mi? –ambos hombres asintieron con firmeza.

–Lo están, Jessamine –le aseguró el menor de los hermanos–. Están orgullosos de ambos –se acercó más a ella, sacando una cajita rectangular de su saco–. Debes llevar algo viejo –destapó la cajita, revelando un delicado relicario de oro blanco–. Es una reliquia de los Potter, pasó a tu madre cuando se casó, y su deseo fue que pasara a ti el día de tu boda. ¿Puedo?

Skyfall | Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora