Resfriado.

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- Yo...

Sunset abrazó a Adagio.

- No puedo corresponderte, Adagio. No siento lo mismo...

Adagio se tensó, sintió como su pecho se comprimia, sentía como si la sangre fuera drenada de su cuerpo, su presión estaba bajando.

- No quiero que nuestra amistad cambie, pero elige lo que gustes, haz lo que sea necesario para que no estés incomoda.

Adagio asintió, con su cara clavada en el hombro de su contraria.

- ¿Vamos a casa?

- Claro.

Adagio comenzó a caminar, lento y algo tambaleante, no lo diría, pero le había bajado la presión.

Sunset intentó tomar la mano de la de rulos, pero esta fingió acomodarse el pelo.

Esto le dolió, ¿por qué la evitaba?

Bueno, lo sabía, pero intentaba ignorarlo, quizás, y sólo quizás esto pasaría en un rato, y no se arrepentiría de su desición.

Quizás.

Tras llegar al departamento Sunset se metió a directamente en la cama, esperó algunos minutos a Adagio, cuando notó que tardaba mucho en venir fue a revisar, y escuchó como se había metido a duchar.

Era algo extraño, Adagio evitaba a toda costa bañarse tarde.

Algo extrañada volvió a irse a la cama, intentó esperarla, pero cayó dormida tras un rato.

Cuando Adagio llegó simplemente se metió a un costado y se durmió.

-------- ≪ ... ≫ --------

Al dia siguiente Sunset despertó sola, esto le extrañó un poco, pero intentó no tomarle importancia.

Se levantó, se bañó, se cepillo los dientes y se preparó, mientras aún no había rastro de Adagio.

Luego de una media hora Adagio apareció vino con un café en mano, que le dejó en frente a la pelirroja.

- ¿Donde estabas?

- Fui a comprar el desayuno, pero me distraje hablando con una chica.

- ¿Y tú café?

- Oh, me lo tomé mientras hablaba con ella, pero toma el tuyo, yo estoy aquí.

Sunset miró algo triste el café, se limitó a agradecer en voz baja, mientras Adagio tomaba asiento junto a ella y revisaba su celular.

Sunset se sentía algo mal, algo en su interior le decía que no había tomado la desición correcta.

Algo decaída terminó su café, luego de esto volvieron a al estación de tren, donde esperaron para volver a su ciudad.

Ambas subieron al tren, una en frente de la otra.

- Sunset.

- ¿Qué pasa Dagi?

- Muchas gracias por traerme a este viaje, hace varios años no dejaba la ciudad, hace años que no experimento algo nuevo.

Adagio tenía un rostro melancólico y una sonrisa preciosa, Sunset juraría que vío como una lágrima cayó.

Se acercó a Adagio y la abrazo con fuerza, en una conexión que solo ellas tenían.

Tras unos segundos Sunset se alejó, volviéndose a sentar frente a ella.

- "Tan cerca y lejos a la vez" Pensaba Adagio.

Ganando tu perdón (Sundagio)Where stories live. Discover now