Capítulo 2.

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Terrible tentación.

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La empujó suavemente a la pared más cercana cuando irrumpieron en la gran biblioteca que ofrecía el palacio. Ahora era invadida por la pareja que desprendían más que todo lujuria y un calor totalmente excitante. Alzó su fuerte mano hacia el mentón de la fémina para alzar de su rostro y obligar a mirarlo, su aspecto dulce y caluroso de ese momento le hizo sacar una pequeña sonrisa, sus ojos entre cerrados bajo aquel interfaz y su boca entre abierta mostraba que compartían el mismo deseo.

La cercanía fue sobrando a pasar los segundos entre ambos belfos, entrelazando los suspiros involuntarios que escapan. El pequeño roce la hizo temblar mientras esperaba su iniciativa de besarla.

Aquellos ojos cafés la miraban con un hambre isansiable mientras se preguntaba como había caído tan rápido en los brazos de este sujeto. Pero ahí se encontraba, siendo acorralada sin salida alguna por su robusco cuerpo que cada vez se juntaba más al suyo, a sus fosas nasales llegó el perfume tan varonil y su exquisito aliento a la vez.

Pero el deseo de sus labios la comían por dentro, no ocultaba que moría por besarlo pero tampoco iba a lanzarse a él como tal gata salvaje.

— ¿No vas a besarme?

El susurró salió de su boca como si lo necesitara tanto en esos momentos, logró ver una nueva sonrisa de diversión que se asomaba por las comisura de sus labios humedeciendo su propio labio inferior en el momento.

— El príncipe va a notar mi ausencia.

El cambio repentino de tema la hizo confundirse.

¿Príncipe?

— Entonces se te acorta el tiempo para besarme.

Y aunque lo escuchó reírse suavemente no visualizo ningún intento de atrapar sus labios de forma feroz, al contrario de eso, sus labios se dirigieron directamente a la sensible piel de su cuello saltándole otro suspiro, el frío contacto la hizo estremecer de sobre manera. Sus manos empezaron a recorrer su figura con total hambre que parecía querer arrancarle el vestido, y es que, Soleil creía que sería capaz de romperlo si se lo propusiera. Sus senos se vieron totalmente aplastados por el pecho ajeno al apretarla más a su cuerpo, inclinando su cabeza a un lado para darle más acceso el cual seguir devorando con total gusto.

Podía sentir como mordía sin hacer daño alguno su piel, como reforzaba el pequeño ardor con lamidas y húmedos besos, enredando sus manos en sus hombros.

De repente su cuerpo fue volteado quedando ahora sus senos aplastados a la fría pared, siguió dejando besos por su cuello haciendo un camino hacia uno de sus hombros mientras se apoyaba en ella dejándole saber que tenía un gran problema escondido.

— Te miras tan preciosa en ese vestido, una total muñequita.

Pronuncia contra su cuello, respirando profundo.

— No puedo dejar de sentirme tan sucio al tocar tu cuerpo de esta manera, Princesa.

Y Soleil no podía creer que estaba accediendo a todo sin quejarse en algún momento.

— Te doy permiso para todo, si no te detengo es porque no me molesta que tus manos estén sobre mi.

Un silencio se hizo presente como si luchará contra sus propias palabras en esos momentos, hasta que su ronca voz llamó su atención.

— Sigo.

Una de las manos ajenas se escabulló por debajo del no muy largo vestido dirigiéndose directamente a la piel expuesta de su trasero ante tener unas tan diminutas bragas. La palma cubría uno de ellos apretandola de manera tan fuerte que la hizo soltar un quejido, siendo música para los oídos del hombre. Sin previo aviso, uno de su dedos bajó más allá entrando entre sus muslos y deslizando esta desde donde estaba situado su clitoris hasta su entrada.

Entre luces y sombras. 𝙠𝙩𝙝Where stories live. Discover now